En estos momentos ya hay identificados unos dos mil escolares en las islas que padecerían problemas de salud cuyo agravamiento podría poner en peligro sus vidas, revela la doctora Mercedes Escarrer, presidenta de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) que también coordina desde 2014 el programa Alerta Escolar en Balears.

Las islas son, junto a Galicia, las únicas comunidades del país con un programa de estas características que persigue no solo identificar y tener bajo control a los estudiantes en riesgo, sino también formar al profesorado para que puedan abordar situaciones de emergencia en tanto llegan a la escuela los servicios médicos.

La doctora Escarrer especifica que son cinco las patologías graves sobre las que centra este programa. A saber: diabetes, casos de asma grave, alergias con riesgo de anafilaxia, epilepsias y patologías cardiacas congénitas de riesgo.

Al hilo del luctuoso suceso acontecido recientemente con una niña de cinco años en el colegio La Salle de Palma, para el que una desolada coordinadora pide prudencia hasta que se diluciden las causas, esta pediatra especializada en inmunología y alergia infantil detalla que de los dos mi alumnos identificados con patologías de riesgo vital, 558, el 27,7% padecerían alergias con riesgo de padecer una letal anafilaxia (reacción grave en todo el cuerpo ante el alérgeno).

"Otros 268, el 13,4%, padecerían asma grave con riesgo también de sufrir estos shocks anafilácticos", añade.

609 casos nuevos este curso

En este último curso, continúa, se han incluido en este programa de Alerta Escolar 609 nuevos alumnos. Más de un tercio de ellos, 222, padecerían alergias de riesgo; 23 asma asociada a alguna alergia y 151 asmas graves.

Otros 130 alumnos tendrían episodios de epilepsia y convulsiones y 40 diabetes. Por último, otros 43 escolares se habrían sumado este curso a los que padecen patologías cardiacas congénitas en las escuelas de las islas.

En este punto, la doctora Escarrer recalca que las 65 escuelas que tienen alumnos con esta problemática cuentan con desfibriladores y que el profesorado de estos centros ha recibido formación específica para normalizar un ritmo cardiaco en una emergencia.

El programa de Alerta Escolar también incluye los historiales médicos de estos alumnos en riesgo en una base de datos específica del 061 a la que los servicios de emergencia médicos pueden acceder con más facilidad y premura. "Además, sus pediatras elaboran un protocolo de actuación ante una emergencia que los propios padres llevan a sus centros escolares", añade Escarrer.

Este protocolo es facilitado al tutor de alumno que a su vez lo pone en conocimiento del personal de comedor, de cocina y de los auxiliares técnicos de educación que vigilan los patios, completa el círculo la presidenta de la SEICAP.

Escarrer revela que, hasta estos momentos, más de mil profesores y auxiliares técnicos han recibido formación específica para saber cómo actuar ante una emergencia. "Es un cursillo de 13 horas. Cinco de ellas dedicadas al asma y anafilaxias; un taller de 4 horas centrado en reanimación cardiopulmonar, atragantamientos y epilepsias y otras cuatro horas sobre diabetes", pormenoriza antes de sugerir que todos los botiquines escolares deberían estar aprovisionados de adrenalina (para atajar anafilaxias).

Concluye Escarrer insistiendo en que la formación del profesorado es vital en estos casos y recordando que la omisión del deber de socorro es un delito y que una actuación con desenlace funesto no les supondría a los docentes una acusación por homicidio imprudente al no ser personal sanitario.

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