Durante la recién extinta legislatura, la maquinaria de convocar oposiciones se puso en marcha a toda castaña tras la parálisis de años previos. Con la nueva oferta de empleos públicos y con más de 7.000 plazas ofertadas en los últimos tres años, se ha reactivado también el mercado de la formación y la preparación para las pruebas: un negocio que mueve decenas de miles de euros cada año (y que no siempre se declaran).

Hay opositores que se preparan la prueba por su cuenta; otros acuden a academias y un tercer grupo recurre a preparadores. Éstos son funcionarios en activo, que suelen dar las sesiones de forma totalmente extraoficial, cobrando en sobres y, por supuesto, en negro.

Es algo que sucede en todas las especialidades. En educación los cotizados números de teléfono de la gente que se dedica a preparar las oposiciones corren por los pasillos o en grupos de redes sociales.

"Yo voy cada dos semanas con un profesor que me ayuda a diseñar la programación didáctica [un documento que deben entrega y defender ante el tribunal]", explica una aspirante a una plaza en las próximas oposiciones de Educación Secundaria: "El año pasado iba a otra que me cobraba 35 euros por hora e iba una vez a la semana".

Este testimonio, que prefiere no dar su identidad, señala una de las claves de por qué la gente acude a estos preparadores informales: "Se dedican a eso, tienen experiencia y son funcionarios y se les presupone que están metidos en información privilegiada, aunque eso no se dice explícitamente".

Algunos de estos preparadores venden además apuntes. También los ponen a la venta algunos aspirantes una vez que han superado la oposición y tienen la plaza.

"Conozco a un chico que compró unos apuntes para las oposiciones de Secundaria por 2.000 euros, yo he pagado 300 por unos para Primaria", cuenta otro docente interino que esté preparando la prueba: "Por supuesto, todo como el dinero de los sobres del PP", bromea.

Además del tráfico de apuntes, este profesor revela que también existe la posibilidad de encargar programaciones didácticas: "Hay una chica que las hace: tú eliges de qué asignatura y de qué curso y te la hace a medida, conozco a uno que se la encargó y la compró, pero no tiene mucho sentido porque luego tienes que defenderla ante tribunal y es difícil defender algo que no has hecho tu".

Los funcionarios pueden dedicarse a preparar opositores, siempre y cuando informen a la administración pública y no sobrepasen una cantidad establecida de horas. Deben notificar estos ingresos extra como rendimientos del trabajo.

Las academias regladas y especializadas se ven perjudicadas por esta "competencia desleal". Lo explica Carlos Bárcena, director de Bárcena Formación, la academia más antigua de la isla. Él conoce a varios preparadores 'extraoficiales'.

Por ejemplo, un alto funcionario que prepara para diferentes cuerpos de la CAIB y llega a tener un centenar de estudiantes, a los que cobra 100 euros al mes: 10.000 euros al mes limpios, directos al bolsillo sin pasar por la casilla de la Agencia Tributaria.

Otra joven aspirante a lograr entrar en la administración autonómica estuvo yendo a clase en similares condiciones: "Pagaba110 euros al mes y éramos unos doce en clase, nos explicaba el temario y hacíamos test de prueba y los corregíamos".

El ámbito judicial es otro en el que es habitual recurrir a estos preparadores. En el caso de los jueces, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) les reclama un permiso de compatibilidad si van a impartir más de 75 horas anuales. Una chica que preparaba oposiciones para la judicatura explica a este diario que pagaba 200 euros al mes ("Todo más negro que el carbón") por sesiones de dos horas semanales en las que "cantaba los temas".

Funcionarios jubilados

También hay casos de funcionarios jubilados que se aseguran un retiro dorado dando clases en su casa. Es conocido en Palma el caso de una funcionaria retirada que tiene casi cien estudiantes a los que cobra 70 euros mensuales: 7.000 euros al mes de los que Hacienda no tiene constancia.

Carlos Bárcena subraya que habrá casos puntuales pero que existen estructuras muy 'profesionalizadas' en casi todo, menos en un detalle: no declaran sus ingresos ni pagan impuestos. "Eso les permite jugar con los precios", apunta Bárcena, que señala que esta competencia lo suelen abordar siempre en el seno de la asociación de academias CECAP, tanto a nivel nacional como autonómico.

"Es muy difícil actuar si no hay denuncia"

"Yo no recuerdo una campaña por este motivo", señala Luis Tato, portavoz en Baleares de GESTHA, el Sindicato de Técnicos de Hacienda, que razona que es muy difícil que la Agencia Tributaria actúe contra este fraude si no hay denuncia de algún afectado. Y es que muchos de estos preparadores atienden en su domicilio y para que los inspectores pudieran entrar haría falta una orden judicial y para lograrla "habría que entregar muchos indicios de fraude, darlo todo muy claro". Y sin denuncia, señala, no se puede iniciar una investigación que requeriría muchos recursos ya que "no es una actividad que esté a la vista ni que se pueda localizar tan fácilmente".

Contra la competencia desleal, innovación

Carlos Bárcena, director de Bárcena Formación, cree que para combatir la competencia desleal la clave es innovar. Por eso, ya ha incorporado las sesiones en 'streaming' para preparar opositores y también va a empezar a hacerlo con clases de refuerzo, en concreto con la asignatura de Matemáticas para los chavales que hagan Selectividad en junio: "Por 30 euros ofrezco clases online desde el 27 de mayo al 11 de junio todos los días repasando los ejercicios que van a entrar en la prueba de Matemáticas de Selectividad: es interactivo, yo puedo preguntar a los chicos y ellos tienen un chat para sus dudas; es la primera vez que se hace algo así en las islas".