P ¿Hay muchos suicidios entre los adolescentes?

R Tengo los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que son de hace dos años, de 2017. Ese año hubo en este país 13 suicidios de adolescentes de menos de 15 años. Y 273 de personas con edades comprendidas entre los 15 y los 30 años. En total se produjeron 3.679 suicidios, el 26% de mujeres y el 74% de hombres. Y fueron más muertes que las producidas por accidentes de tráfico.

P Esa cifra de suicidios entre adolescentes, ¿es muy elevada?

R No sé el porcentaje que supone, pero soy psicóloga educativa y tengo más contacto con ellos y me llama mucho la atención. Porque es muy trágico quitarse la vida a esa edad. Y, además, esos datos no son reales.

P ¿Por qué dice eso?

R Porque en nuestra Asociación también participan familiares supervivientes y tenemos la certeza de que ha habido suicidios de adolescentes en los que en la causa de muerte se ha puesto parada cardiorrespiratoria pese a que ha sido un precipitado.

P ¿Por qué razón?

R Es una pregunta para la que no tengo respuesta. Porque la familia no está en esos momentos para nada, para protegerla porque el suicidio sigue siendo un tabú... no se sabe. De la misma manera, muchos accidentes de tráfico son en realidad suicidios.

P ¿Cree que están aumentando los suicidios entre los adolescentes?

R No manejo estadísticas específicas sobre ellos pero sí te puedo decir que el suicidio en general está creciendo. En 2011 hubo 3.180 que subieron hasta los 3.679 en 2017. Y los adolescentes no son ajenos a esta tendencia.

P ¿A qué lo atribuye?

R A que hay muchos jóvenes con un alto grado de vulnerabilidad en los periodos de su vida en la que se está formando su personalidad y sus emociones.

P ¿Y cómo se consigue que sean menos vulnerables?

R Enseñándoles a gestionar las emociones y a tolerar el fracaso; no solucionándoles todos sus problemas; evitando esa sobreprotección y ayudándoles a que fomenten sus habilidades sociales. El problema es que cuando se encuentran en una situación de estrés o de angustia continua, hay algunos que saben remediarla y otros que no.

P ¿Cuál es el momento más crítico para los adolescentes?

R Los jóvenes pueden tener problemas a cualquier edad pero en el Bachillerato viven situaciones de mucha tensión. Los exámenes, la elección de carrera, la nota de corte... Si a eso le unes sufrimientos anteriores no bien gestionados, puedes tener un cóctel explosivo.

P ¿Qué puede haber detrás de una idea de suicidio a esa edad?

R Muchas circunstancias. El rechazo de un grupo, una familia desestructurada, una autoestima baja porque el adolescente no está a gusto consigo mismo, no tiene novio/a, le dejan, está sin amigos, sufre burlas continuas... Son situaciones que se acumulan.

P ¿Tienen algún rasgo común estos adolescentes más predispuestos a quitarse la vida?

R Sí, son muy sensibles. Han dejado cartas de despedida en las que confiesan que no aguantan más, que no les gusta este mundo. Sufren mucho, están muy tristes y se sienten muy solos. Están muy desilusionados y desesperanzados y, como no les queda nada, surge la ideación del suicidio.

P ¿Como intentaría paliar este problema?

R Impartiendo en la escuela una asignatura obligatoria de inteligencia emocional para enseñarles a gestionar sus emociones y a resolver sus problemas.

P ¿En qué etapa educativa?

R Desde la infancia, en todas. Adaptándola claro está al nivel cognitivo de los alumnos.

P ¿Están creciendo los suicidios a causa de las redes sociales?

R Sí. La mayoría de los adolescentes que tienen un problema se lo ocultan a sus padres, pero recurren a las redes sociales. Allí suelen revelar que tienen intención de suicidarse y les llegan consejos de todo tipo. Desde que no lo hagan a que se suicide. Y allí encuentran información de todo tipo sobre cómo suicidarse o el método menos doloroso.

P El acoso escolar, ¿está detrás de muchos de estos suicidios?

R Sí y la propia definición, que establece que debe ser prolongado en el tiempo, ya me parece una aberración. El acosado pasa ocho horas cada día en el colegio con otros que le están pateando su dignidad.

P ¿Cómo deben actuar los padres ante estos acosos?

R Yo les aconsejaría que investigaran cuáles son los sentimientos de sus hijos. Generalmente adoptan dos posturas. Una es decirle, defiéndete, soluciona tus problemas por ti mismo. La otra es la de acudir al colegio, denunciar el caso, aunque a veces eso es más problemático.

P ¿Por qué?

R Porque a veces no se puede demostrar y el acosado cae en una desesperanza más grande y más peligrosa. Ni mis padres ni el colegio pueden arreglar esto, piensan. Y el problema es que hablamos de los acosados y no de los acosadores. El que se va del colegio es el acosado y de esta manera, ¿qué mensaje estamos trasmitiéndole? Que el más fuerte se sale siempre con la suya.

P ¿Qué les diría a los adolescentes para reducir estas muertes?

R Que cuando un amigo les comunique que está pensando en suicidarse, lo digan pese a que les amenace con retirarles la amistad si lo hacen. Evitarán no solo su muerte, sino también el sentimiento de culpabilidad que les quedará de por vida. Y a los que piensan hacerlo que, pese a la desesperanza que tienen, pueden recibir ayuda, que la muerte es lo último. Siempre hay tiempo para suicidarse.