El Consell de Mallorca ha acordado hoy sacar a licitación el próximo contrato para la inspección técnica de vehículos, que se aplicará a partir del próximo día 1 de enero, al caducar el actual contrato que se aprobó hace 30 años. Las empresas interesadas tienen un plazo de 30 días para presentar sus ofertas.

El nuevo contrato, según ha explicado esta mañana la consellera insular Mercedes Garrido, prevé una rebaja del 40 por ciento de las tasas a todos los propietarios de vehículos que se vean obligados a pasar esta inspección técnica. Además, las tasas las cobrará directamente el Consell de Mallorca, que se encargará de pagar después a la empresa concesionaria.

Las condiciones de este contrato público se han discutido hoy en la mesa informativa y se han aprobado por unanimidad. El precio del contrato es de 20 millones de euros con una duración de dos años, con la posibilidad de prolongarlo dos años más. La empresa tendrá que encargarse de las cuatro estaciones de inspección que están repartidas en estos momentos en Mallorca, más una quinta instalación que está previsto que se construya en breve en un solar del polígono de Son Bugadellas, en Calvià, que permitirá rebajar las listas de espera que se producen en estos momentos.

Garrido ha explicado que el contrato de la ITV se aprobó hace ahora 30 años. Se adjudicó a una empresa determinada, pero el acuerdo fue recurrido por una competidora, que ganó el pleito. La empresa que recurrió el acuerdo no fue a la que finalmente se adjudicó el contrato, sino a otra competidora. En ese momento las tasas se calcularon en función del número de vehículos que circulaban por Mallorca, que es infinitamente menor a la flota de coches que hay en estos momentos en la isla. Además, por ejemplo, en ese momento no era obligatorio que los vehículos de alquiler pasaran cada año la inspección, cosa que estos momentos es obligatorio. Ello ha supuesto que se haya multiplicado por varias cifras el número de vehículos que pasan caa día por estas estaciones de inspección, multiplicando por tanto los ingresos económicos que factura la empresa concesionaria.

El Consell no ha podido influir hasta la finalización del contrato, que se ha tenido que ampliar un año más por un problema burocrático, en el precio de las tasas. La empresa concesionaria está ganando en estos momentos más de medio millón de euros.

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