Si Manacor fuera un instituto y sus candidatos alumnos de último curso, ninguno de ellos sabría hoy a ciencia cierta si dentro de una semana tendrá mayor nota que sus compañeros, aquel excelente que le pueda dar la deseada beca hacia la alcaldía, la selectividad del pacto o el deber de conformarse con la medianía de picar piedra en la oposición.

Y es que las cosas están tan igualadas que hasta los pactos pueden tener múltiples variantes, fuera de lo que viene siendo el tradicional choque de bloques izquierda-derecha. El hecho de que difícilmente alguno de los ocho partidos logre más de cinco concejales (ninguno lo hizo ya en 2015) hace que las conversaciones a dos y tres bandas vayan a ser el pan de cada días hasta entrado el mes de junio.

Todo ello viene provocado, en buena medida, por el desplome de hace cuatro años de un Partido Popular de guerrillas tras la expulsión del grupo de medio equipo del carismático Antoni Pastor a manos del ínclito José Ramón Bauzá. Una decisión esta que provocó que el PP perdiera por el camino siete de sus once ediles, y se quedara como tercera fuerza de 2015 con solo cuatro, por detrás de El Pi y de la coalición Més-Esquerra, ganadores en número total de votos.

Cabe decir que será muy complicado que se reedite el actual pacto entre El Pi, PP y los porteños de AIPC, no porque no puedan volver a salir las cuentas, sino por las malas relaciones entre las lideresas locales de las dos primeras formaciones, la alcaldesa Catalina Riera y Maria Antònia Sansó, respectivamente.

De esta forma y ante una posible subida en votos del PSOE de Núria Hinojosa, aprovechando el viento de cola de Pedro Sánchez y su victoria hace un mes también en el municipio, se abre un nuevo pacto: El Pi-PSOE-AIPC, lo que dejaría a Més-Esquerra de nuevo compuesto y sin novia.

Y es que ahí está uno de los dilemas: el PSOE no quiere volver a enrolarse en un posible pacto de izquierdas en minoría con el partido de Miquel Oliver y Podemos de Carles Grimalt (ojo que puede ser la sorpresa), que pese a formarse en 2015 acabó pocos meses después en una abrupta moción de censura.

Otra cosa es si la suma de los números hacia la siniestra dan para buena nota, es decir al menos 12 de los 21 escaños. Entonces el PSOE podría virar el rumbo hacia su sitio natural.

Quien lo tiene muy complicado, aparte del PP, son los nuevos partidos: Ciudadanos y Vox. El primero, liderado por Pep Catalá, podría obtener un regidor a poco que los números de las generales en el municipio puedan sostenerse. El segundo, con Vanesa Jofre al frente y con el púgil Fernando La Roca Heredia como número dos, lo va a tener prácticamente imposible, aunque cosas más complicadas se han visto en Manacor.

Lo que sí es cierto es que todos y cada uno de los elegidos deberán afrontar inmediatamente después de los resultados, la ristra de problemas recurrentes en la capital del Llevant. Entre los que destacan sobre todo el nuevo Plan General urbanístico pendiente desde hace 30 años, los graves problemas de alumbrado de las calles y plazas de la ciudad, la falta de calidad del agua corriente y sus mejoras o la falta de limpieza evidente que sufren las calles de todo el término, con la vista puesta en la nueva concesión.