Ningún colegio, ni centro médico de Balears, tanto público, concertado o privado, podrá vender ni bebidas azucaradas, ni productos de bollería. Así se acordó ayer en el Consell de ni bebidas azucaradas, ni productos de bollería.ConsellGovern, que aprobó el decreto por el que se intenta promover la dieta mediterránea en los centros educativos y sanitarios de las islas. Este decreto, según detalló la consellera de Sanidad, Patricia Gómez, pretende favorecer una alimentación saludable, que se base en el patrón de la dieta mediterránea, cuyos beneficios para la salud están más que constatados. Esta dieta reduce los índices de mortalidad por problemas cardiovasculares y también evita el desarrollo de algunos tipos de cáncer, además de prevenir la obesidad y el sobrepeso.

La conselleria da una moratoria de un año para aplicar esta nueva norma, que supondrá un cambio en los menús que se servirán en bares, cafeterías y restaurantes de los colegios y de las dependencias sanitarias.

Este decreto impondrá, al mismo tiempo, el consumo de productos de proximidad y de temporada como principal materia prima para los servicios de restauración y en los comedores de estos centros. Al mismo tiempo, las comidas se tendrán que preparar siguiendo las tradicionales recetas de la cocina balear.

Esta normativa aprobada ayer establece los criterios que se deben fijar para programar la elaboración de los menús, así como su frecuencia semanal a la hora de elaborar los platos. En los colegios se tendrán que servir, al menos una o dos veces por semana, alimentos de legumbres como primer plato. Como segundo plato las guarniciones deberán tener ensaladas variadas, al menos tres o cuatro veces por semana, así como patatas y legumbres. Con respecto al postre se recomienda fruta fresca y de temporada entre cuatro y cinco días por semana. Yogures o derivados de la leche solo se podrán consumir un día por semana.

Agua como única bebida

Entre los requisitos de elaboración que propone el Govern destaca el uso del aceite de oliva virgen para cocinar y el consumo de agua como única bebida. También se priorizan las carnes blandas o el pescado blanco o azul. Productos precocinados como croquetas o pizzas solo se pueden ofrecer tres veces al mes. En cambio, el consumo de salchichas o hamburguesas se limita a cuatro veces al mes.

Según detalló Patricia Gómez, esta medida se adopta por la preocupación que representa el nivel de obesidad que sufre la población infantil de Balears. Uno de cada cuatro niños sufre sobrepeso. Este decreto pretende cambiar el modelo alimenticio de estos menores. En vez de comer bollería o tomar bebidas con azúcar, deben sustituirlos por productos más sanos.

Estas normas de alimentación deben aplicarse también en los menús de los enfermos hospitalizados. No se podrá repartir bollería a los pacientes y los menús que se vendan en la cafetería deben estar compuestos por alimentos de la dieta mediterránea.

El decreto impide que se publiciten estos productos prohibidos. Tampoco se podrán repartir por los colegios productos alimentarios que no respetan los principios del decreto. La dirección general de Salud Pública será la encargada de controlar la elaboración de estos menús, realizando visitas de inspección tanto en los centros escolares, como en las instalaciones médicas de las islas.

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