El pasado martes, puesto que al día siguiente era festivo en Madrid, la popular discoteca Fortuny, que cuenta con el patrocinio de la marca de bebidas Schweppes, organizó una fiesta temática bautizada como "Crazy hospital" (Hospital loco). Esta fiesta estaba esponsorizada por la marca de Ron de Guatemala Botran, cuyo logo figura en el cartel publicitario del evento.

Amén de banalizar el rol de los profesionales sanitarios y relacionarlo con el consumo de alcohol, el Consejo General de Enfermería quiere denunciar públicamente y hacer llegar a los propietarios del local y los responsables de la marca de refrescos su repulsa e indignación por la imagen de la profesión que se ofrece a los centenares de personas que acudieron a la fiesta.

Según atestiguan las imágenes remitidas a esta institución por algunas enfermeras presentes y las que el local publicó en sus redes sociales, unas falsas enfermeras recorrían el local con un escueto uniforme -con cofia y minifalda- y enseñando de forma explícita una ropa interior roja y de encaje. Ofrecían a los clientes tomar chupitos de unas jeringuillas gigantes en una camilla. Toda la escena era una absurda parodia del trabajo de los profesionales sanitarios, pero lo más grave es la imagen sexista, denigrante y ofensiva de las enfermeras y de todas las mujeres.

El desatino de los organizadores sube un escalón cuando, en contraposición al atuendo pornográfico de las falsas enfermeras, los azafatos que simulaban ser médicos, todos hombres, llevaban una bata y vaqueros, sin enseñar escotes o culos.

Ante este insulto a los profesionales que se dedican a cuidar y atender a la población salvanso vidas cada día y a las mujeres que a día de hoy siguen siendo un objeto de deleite sexual y provocativo, Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería quiere recordar a los responsables de la discoteca que "las enfermeras son profesionales con un alto nivel de cualificación, una formación académica de cuatro años y dos años de especialidad, contando en estos momentos con un gran número de profesionales enfermeros con grados de máster y doctorado; una carrera universitaria que requiere una exigente nota de corte para acceder a ella; y unos profesionales que gozan de un gran prestigio en el ámbito internacional.

La imagen trivial y frívola de la profesión, además, por haber sido desempeñada históricamente por la mujer, transmite un mensaje sexista y vejatorio y así nos lo manifiestan siempre muchas compañeras cuando en fiestas se hace uso de este estereotipo".

El Consejo General quiere recalcar que para animar un local de ocio o para tener más audiencia en los medios de comunicación, no hace falta ofender a cientos de miles de profesionales que se dejan la vida por sus pacientes, que seguro que se pueden organizar fiestas igual de divertidas y atractivas sin necesidad de que unas mujeres desnudas inciten a beber más alcohol, pues la sociedad ha evolucionado y semejantes iniciativas - y menos entre un público joven- deben ser repudiadas y abolidas.

Asimismo, el Consejo General de Enfermería ha anunciado que se dirigirá directamente a la vicepresidenta del Gobierno, al Ministerio de Sanidad, al Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, a la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, solicitando su intervención y prevención en evitación de posibles manifestaciones de tan escaso gusto. Asimismo, pondrá en conocimiento de las 300.000 enfermeras y enfermeros españoles estos hechos para que sean conscientes del destino a que se dedica su consumo de cualquier bebida de la marca Schweppes y de la imagen que desde dicha marca se propugna de esta profesión.