Durante el derribo del edificio de consultas externas (verde) habrá que desmontar y retirar diversos materiales que contienen amianto, lo que obligará a extremar las precauciones, detalló Palomino.

“Por ello hemos tenido que escoger a una empresa de demolición especializada en su tratamiento y que, además, cuente con trabajadores formados para tratar con este material. Habrá que instalar un módulo de descontaminación para el personal que haya trabajado en turnos de cuatro horas como máximo y con trajes y máscaras protectoras”, detalló el alto cargo que, añadió, laborarán con medidas que eviten la emisión de fibras de amianto.

“El material se retirará en sacos de plástico especiales (glovebags) que se enviarán a un centro de tratamiento de la península”, añadió Palomino, que no descartó encontrarse también con amianto “entre planta y planta del maternoinfantil”.

Agua a presión

Palomino subrayó que se emplearán los métodos más seguros para garantizar que la barriada aledaña no se vea afectada por la obra entre los que citó las citadas “trincheras (zonas) de seguridad”, lonas protectoras y “cañones de agua a presión para evitar el polvo”.

Por último, calculó que podrán reconvertir en grava y reutilizar 30.000 de los 40.000 metros cúbicos de restos pétreos de la obra, lo que se traducirá en que tendrá un coste final total de unos 2 millones.