Biel Company recomendó a José Félix Tezanos que dejara de beber antes de publicar una encuesta. Dado que el CIS acertó el resultado de las generales en Balears, el candidato del PP debe aconsejar al presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas que beba el mismo líquido y en la misma cantidad que en su anterior empeño. Aunque la ingesta alcohólica no aparece en la ficha técnica, los resultados del barómetro autonómico o la voluntad del electorado vuelven a ser audaces frente al 26M.

Por primera vez en cuatro décadas de autonomía, el PSOE se colocaría como la fuerza más votada. Por primera vez, los socialistas superarían en diputados a los populares, en el margen de 18 a 15. Por primera vez, el PP bajaría del suelo ya preocupante de veinte diputados. Por primera vez, el Pacto de Progreso no sería un espejismo de una sola legislatura y dispondría de continuidad.

El CIS consagra al Pacto de Progreso, que preserva la mayoría absoluta en los márgenes más desfavorables de la horquilla asignada a PSOE (17), Més (7) y Podemos (7). Con la media de escaños correspondiente a estos partidos, los progresistas repetirían prácticamente el marcador de 34 que coronaron en 2015.

En el barómetro líquido del CIS, tanto Podemos como Més experimentan recortes de dos y un diputado respectivamente. Sin embargo, el funcionamiento en compartimentos estancos a izquierda y derecha provoca que los diputados perdidos engrosen las filas del PSOE, la única formación netamente ganadora en la encuesta.

Para atemperar una euforia sin más respaldo que la estadística, conviene recordar que el PSOE se queda por debajo de sus registros históricos, cuando superaba ampliamente el listón de los veinte asientos en el Parlament. Al igual que sucediera en las generales, el aparente triunfo socialista se debe al hundimiento de su rival tradicional.

El barómetro adjudica un mejor resultado al PP en las autonómicas que en las generales del pasado abril. Es obligado recordar que las encuestas fueron realizadas antes de la cita con las urnas del 28A, por lo que carecen de la obligada corrección provocada por el seísmo que situó a Ciudadanos como la fuerza preferente del entorno conservador.

El orden definitivo en las generales fue PSOE, Podemos, Ciudadanos, PP, Vox, Més, Pi. Los populares recuperan la segunda plaza en las autonómicas, dentro del orden jerárquico PSOE, PP, Ciudadanos, Podemos, Més, Pi, Vox. El partido de ultraderecha parece infravalorado pero, una vez más, su crecimiento repercutiría en sus vecinos de la derecha por el blindaje de los segmentos ideológicos.

Aparte del desafío de derrotar a las encuestas, el propio CIS ofrece a Biel Company un resquicio que no le obligaría a beber la cicuta política. Con los mejores resultados para la derecha, PP, Ciudadanos, Vox y Pi sumarían los treinta diputados de la mayoría absoluta. Por primera vez, los populares necesitarían de un cuatripartito para llegar al Consolat, con la mitad de los diputados que tenían hace cuatro años. Y en efecto, esta confluencia requiere un pacto entre la ultraderecha y el partido de Jaume Font.