Lafau explica que, gracias a un procedimiento negociado con el Barnaclínic (entidad privada del Clínic barcelonés, en abril del año pasado se pudo intervenir a tres mujeres trans que llevaban hasta nueve años esperando someterse a una vaginoplastia en la sanidad pública. "Recientemente se han operado dos más; la tercera lo hará hoy, lunes; a final de mes está programada la intervención de otras dos y a principios de junio se operarán las dos últimas para completar las diez mujeres trans que más tiempo llevaban esperando esta reasignación de género", enumera.

Aunque en abril del año pasado Juli Fuster, director general del Servei de Salut, habló de la firma de un inminente convenio marco con el Barnaclínic para regularizar las derivaciones de pacientes de Baleares que deseen someterse a estas intervenciones, Lafau admite que este convenio aún no está cerrado.

Por ello, mientras se sustancia el convenio, el IB-Salut se ha acogido a la figura contractual del procedimiento negociado que permite a la Administración sanitaria realizar derivaciones por un montante total inferior a los 50.000 euros.

13.650 euros por intervención

Aquí es cuando Lafau recuerda que una operación de este tipo (vaginoplastia) cuesta 13.650 euros y que a esta cantidad hay que añadir las dietas y el coste del desplazamiento tanto para la mujer que va a operarse como para un acompañante.

El coordinador autonómico resalta el avance que ha supuesto para este colectivo tanto la ley 8/2016 promulgada en esta legislatura y que garantiza los derechos de lesbianas, gais, trans, bisexuales e intersexuales y que persigue erradicar la LGTBI-fobia así como estos procedimientos negociados con el Barnaclínic que han agilizado sustancialmente estas intervenciones.

"Antes, cuando se derivaban a los pacientes al hospital Carlos Haya de Málaga, el centro de referencia de todo el país para estos cambios de sexo, las esperas eran larguísimas, de más de cinco años. De hecho, en los últimos diez años, la última paciente que se operó allí lo hizo en septiembre de 2017, tan solo se han intervenido cinco personas", contrapone frente a las diez, el doble, que podrán disponer de su sexo sentido en el transcurso del último año.

Aun así, la situación actual de la lista de espera para este tipo de operaciones sería de 14 mujeres trans, ninguna de las cuales figuraría en ella desde antes de julio de 2017. "Menos de dos años de espera", se congratula el coordinador recordando que este tipo de intervenciones no están incluidas en el decreto de garantía de demora, salvaguarda asistencial recuperada el pasado mes de octubre que obliga al Servei de Salut a derivar a otro centro los usuarios que aguarden más de seis meses para operarse.

Para acabar, Lafau recuerda que la cartera de servicios del Servei de Salut solo cubre las vaginoplastias toda vez que las faloplastias (dotar de un pene a un hombre trans) no están bien resueltas por ningún centro sanitario del país, ni público ni privado. "No se hacen porque suele haber complicaciones postquirúrgicas. El Clínic tuvo una mala experiencia con dos infecciones tras la operación y dejó de hacerlas", arguye.

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