Calles estrechas, apenas iluminadas, con esquinas muertas que impiden la visibilidad, mobiliario urbano mal colocado si lo hay, portales sin iluminar son trampas en las ciudades que pueden desembocar en consecuencias nefastas. Acabar con ellas, limar esos restos de un urbanismo no integrador, son peticiones que se están haciendo por los colectivos más vulnerables, entre ellos, el de las mujeres.

Observar el urbanismo desde una perspectiva de género, te cambia la percepción. ¿Es Palma una Palmaciudad segura para la mujer

Algunos ayuntamientos como el de Barcelona, Bilbao y San Sebastián incluyen en el urbanismo de sus ciudades medidas de perspectiva de género.

"Desde Molde de Ciutat, Urbanisme i Habitante Digne se está formando a técnicos de distintas áreas para que se sensibilicen desde el año 2016", indican desde el Ayuntamiento. En opinión de la arquitecta Cristina Llorente, en esta legislatura se han hecho "considerables esfuerzos".

Ella elude la "etiqueta" de urbanismo de género y la extiende al urbanismo integrador que atiende a otros colectivos más débiles: niños, personas mayores y mujeres.

"Al principio las ciudades se diseñaron para ciudadanos tipo: hombre, mayor de edad, sano, bien posicionado y con derecho a sufragio. Resulta que es el más fuerte y este tipo de urbanismo es el que lleva utilizándose más tiempo", apunta Cristina Llorente.

Algunos ayuntamientos están tomando conciencia y empiezan a aplicar medidas que trabajan con la diversidad de género para que las mujeres puedan disfrutar de la ciudad sin tener miedo.

Ejemplos de ellos son la guía de urbanismo inclusivo que ha editado el ayuntamiento de Ada Claus y que da respuesta a demandas de quien reclama ciudades con visión inclusiva. O las adoptadas en san Sebastián, que ha hecho una normativa para que se iluminen los portales de las casas. En Bilbao y Barcelona se han puesto en marcha las llamadas paradas a demanda en el transporte urbano. El bus se detiene frente a tu portal. "Es una medida pensada con perspectiva de género", subraya la arquitecta mallorquina.

Además de la iluminación tanto en calles, parques, es muy importante evitar recovecos o esquinas donde se pueden esconder fácilmente. Otra medida que da seguridad es la de "procurar diversidad de usos en los espacios públicos, porque la combinación resta miedo, otorga seguridad en el paseante", apunta Llorente.

El ensanche de Palma es deficitario en aceras anchas, algo que lo convierte en zona hostil para los ciudadanos más vulnerables, niños, mujeres, ancianos, personas con dificultad de movilidad. Llorente recuerda que "en el Plan Calve que hizo para el Ensanche ya fijó estos parámetros pero el plan se ha ido desdibujando y creando un barrio poco amable, poco accesible; incómodo".

Frente a ejemplos de ciudad pánico como pueden ser las escalinatas que conducen desde la plaza Gomina al Marítimo, "sitio terrorífico, donde da miedo pasar, incluso de día", comenta la arquitecta, a algunos parques o zonas del polígono donde la iluminación brilla por su ausencia.

Otra zona donde cabría intervenir es en Cala Major, cuyo urbanismo hecho en función de edificios altos en un barrio de lomas ha propiciado escaleras, esquinas con poca visión, callejones sin salida. Es donde los taxistas fueron asaltados en los últimos meses.

En las antípodas está la plaza del Tub, "un espacio interesante porque fomenta la comunicación, hay sombra, arbolado y tiene un elemento de identidad, el tubo", apunta Llorente.

¿Cómo se mueve un hombre por la ciudad y cuáles son los recorridos de las mujeres? "Si analizas los recorridos de los hombres, ellos van de casa al trabajo, casa o ocio, es lineal, mientras las mujeres van de casa al cole, mercado, trabajo, son recorridos más cortos, que hacen a pie o en transporte público. De ahí que sea óptimo colocar zonas de arbolado, que sean accesibles", recomienda.

Otro caso es el casco histórico, que con una iluminación tenue podría generar sensación de inseguridad. "Hay una normativa a seguir que no permite utilizar cualquier iluminación. A mí me parece interesante esa penumbra. No veo incompatible la luz tenue con la seguridad".

"Las ciudades que han avanzado en integración cumplen con todo, son mejores para todos", concluye Cristina Llorente.

Canódromo y la Pressó atienden el urbanismo de género

La perspectiva de género en el planeamiento municipal se ha ido incorporando, sobre todo en los nuevos espacios públicos como el Canódromo y la modificación en la prisión. En el primero se ha renaturalizado el espacio con condiciones lumínicas que generan seguridad y se han eliminado los callejones o caminos sin salida, creando un recorrido conectado. En la prisión se ha concebido un parque equipado con distintos elementos para que haya actividad todo el día y así se gana en seguridad. Se ha dibujado un parque, VPO, una escoleta y el Centre de Recursos de Creació Contemporània, a los que añaden una residencia para estudiantes e investigadores. Además desde 2016 se han hecho cursos de formación de urbanismo con perspectiva de género para técnicos.

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