La demanda del exilio cubano en Estados Unidos contra la cadena hotelera mallorquina Meliá Hotels, por un supuesto aprovechamiento de una finca costera expropiada en 1960 por el régimen de Fidel Castro a la familia de Lucas Sánchez Hill, ya está en los juzgados de Sa Gerreria de Palma, pendiente de reparto.

La demanda, según ha explicado a diversos medios el abogado cubano-norteamericano Nick Gutiérrez, no tiene que ver con las posibles acciones judiciales contra cadenas hoteleras españolas con hoteles en Cuba interpuestas al albur de la Ley Helms-Burton, una vía legal que se abrió el pasado día 2.

Gutiérrez, que es también el presidente de la Asociación de Hacendados Cubanos, ha señalado que la demanda contra Meliá en Palma se basa en el Código Civil español. Sucintamente, el jurista ha manifestado que la reclamación millonaria "se basa en el Código Civil español por traficar con propiedad robada, sabiendo que es robada".

Meros gestores hoteleros

Al hilo de las posibles demandas en España y Estados Unidos por sus hoteles en Cuba, Meliá ha señalado, en un comunicado, que su papel sería en todo caso "el de meros gestores hoteleros, con un rol equivalente al del resto de actores de la cadena de valor del negocio turístico: agentes de viajes, turoperadores, líneas aéreas, etc., vinculados a la explotación turística en Cuba".

La demanda contra Meliá ha llegado a Palma desde Estados Unidos y en ella se solicita una compensación adecuada por el usufructo ilícito con propiedad robada en el extranjero.

Los descendientes de Rafael Lucas Sánchez Hill, una familia cubana residente en Estados Unidos cuya hacienda azucarera fue expropiada por el régimen de Cuba en 1960, también preparan demandas contra la cadena Blau.

Meliá y Blau explotan hoteles en un terreno de más de 40.000 hectáreas al norte de Holguín.

La familia con más de 100 descendientes del terrateniente radicados entre Estados Unidos y España se prepara desde 1996 para litigios de indemnizaciones con la sociedad limitada Central Santa Lucía.

Gutiérrez ha adelantado que en su punto de mira están futuras acciones contra Blau e Iberostar, empresas españolas que, según el abogado de Miami, se hallan en la misma situación en Cuba que Meliá.

Buscar un acuerdo

"Lo más favorable sería que la amenaza de la demanda colgando sobre su cabeza como una espada de Damocles les lleve a buscar un acuerdo económico", ha señalado Gutiérrez a El País.

"Ni Gabriel Escarrer [presidente de Meliá] ni ningún empresario español quiere estar en una lista con narcotraficantes, terroristas... Esperamos que estas compañías se acerquen a las familias y traten de llegar a un acuerdo. Técnicamente lo que harían es obtener el consentimiento del dueño para operar allí. Los demandantes no pueden regresar ni recuperar las propiedades en Cuba, como esperamos hacer algún día. En esencia sería que nos paguen por el uso de la propiedad, mientras no podemos utilizarlas, y de esa manera evitan el riesgo de las demandas o la revocación de visas. Una cantidad de dinero a cambio de un permiso", añadió el representante legal de los demandantes. La demanda contra Meliá estaba ayer pendiente de reparto entre los juzgados de primera instancia de Palma.

Gutiérrez no ha descartado también presentar reclamaciones en Estados Unidos contra otras cadenas hoteleras.

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