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Entrevista

Jolly Kamuntu: "Algunas mujeres de Europa y EE UU se creen que el feminismo es suyo"

"No somos las 'pequeñas mujeres africanas', también tenemos expertas en feminismo", reivindica Kamuntu

Jolly Kamuntu, ayer en Palma. MANU MIELNIEZUK

P ¿Cuál es la situación de la mujer en República Democrática del Congo?

R Catastrófica. En todos los planos. En el político es donde la cosa está peor. Según la Constitución las mujeres tenemos que ser el 30% de los representantes pero hemos hecho las elecciones tres veces y no sale el 30%. En mi provincia de 48 diputados solo hay tres mujeres y una cuarta que ha sido coptada: ni el 10%.

Muchísimas se presentan. Pero hay muchos obstáculos. El primero, la costumbre y la tradición: se piensa que la política no está hecha para las mujeres e incluso algunas mujeres tienen este discurso. El segundo obstáculo es la pobreza. La discriminación afecta a la hora de buscar trabajo: se dice que son limitadas, que se quedan embarazadas, y muchas otras cosas. El tercer obstáculo es el contexto de la RDC: quien dirige todo desde siempre son los hombres y piensan que eso ha de seguir así. Nuestra educación dice que la mujer ha de tener hijos, cultivar, y como mucho a tener una tienda pequeña, pero no hacer política. En el plano social, la educación de las niñas no está en el nivel que quisiéramos. En una casa, si no basta el dinero el niño va a la escuela y la niña se queda en casa.

P Trabaja para traducir y hacer llegar información a mujeres del mundo rural ¿Por qué es algo tan importante?

R El hecho de que ellas no hayan estudiado, les limita para interpretar la normativa y conocer sus derechos, eso me indigna. Las mujeres pueden ir a la escuela, pueden hacer política... es importante que ellas sepan que tienen ese derecho y lo reclamen. La tradición bloquea a la mujer. Los adultos ya no son tan transformables y por eso trabajamos con los jóvenes, para romper con eso.

P También insiste en que ellas hablan y hagan oír su voz.

R Cuando era periodista y entrevistaba a alguna víctima de violencia veía que se liberaba, que en parte sanaba... A raíz de estos testimonios se consiguió la ley que combate la violencia de género. Hablando las víctimas se obliga a las autoridades a poner en marcha experiencias transformadoras. La tradición dice que no se puede hablar de sexo en público, ¿pero vamos a callar ante las violaciones?

P ¿Cómo está de normalizada la violencia de género y las agresiones sexuales en RDC?

R No puedo ni pensarlo. Dicen que mi ciudad es la capital mundial de las violaciones... no puedo pensarlo, no hay palabras. Yo no soy víctima, pero lo he visto y eso me traumatiza. Lo que más me rebela es que estos hábitos no son propios nuestros, han llegado por la guerra. Esto no existía. Son las grandes potencias las que, alimentando las guerras, contribuyen a que lleguen estas acciones, al apoyar a los rebeldes que usan las violaciones como arma de guerra. Nuestros políticos también son responsables. En un pueblo cogieron a todas las mujeres, las llevaron a un estadio, las violaron una a una y las enterraron vivas. Yo trabajé 17 años como periodista, lo que te explico lo he visto.

P ¿La atacan por su activismo?

R Continuamente, con amenazas verbales, directas, telefónicas... Eso me anima a seguir: significa que he molestado, he tocado dónde tenía que tocar. También me han ofrecido dinero para corromper mi compromiso y que me vaya del país; me han ofrecido puestos en el gobierno, de ministra. Pero esto no lo hago por dinero, lo hago porque la situación me indigna.

P Las mujeres de todo el mundo se están organizando y levantado por sus derechos, ¿cómo ayudarnos?

R Una cosa que veo de esto es mala: algunas mujeres europeas o de EE UU creen que el feminismo es suyo y que las 'pequeñas mujeres africanas' hemos de copiarlas. Y yo digo no. No son las únicas expertas en esto, nosotras también tenemos expertas. El objetivo común es la promoción de la mujer, pero no hay un modelo universal de feminismo. Cada punto del mundo tiene sus especificidades y adapta su estrategia a éstas. Lo positivo de este movimiento son las sinergias que podemos hacer entre las mujeres de un lugar y de otro, eligiendo qué copiamos de cada país.

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