Nick Hague, un astronauta norteamericano, de Kansas, fue el encargado ayer de responder a las preguntas de veinte alumnos de 4º de ESO mallorquines, unas preguntas que, reveló Miquel Siquier, profesor de Matemáticas del Sant Josep Obrer durante los últimos 41 años y asesor en esta materia del Lluís Vives desde hace siete, tuvieron que pasar el filtro previo del equipo biomédico de la Agencia Espacial Norteamericana (NASA).

"¿Qué no podíamos preguntarle? Cosas que afecten a temas personales, fundamentalmente", contestó el alma mater de esta iniciativa que, añadió, presentó su "candidatura" en febrero del año pasado a la Asociación de Radioaficionados de la ISS (ARISS).

Este es el organismo que posibilita la conexión para que colegios de todo el mundo planteen preguntas a los astronautas de la ISS. "En junio de ese mismo año me aprobaron el proyecto a la primera", se ufanó Siquier, "y me adelantaron de que entre los meses de enero y julio de este año se concretaría la fecha de la conexión". La fecha finalmente asignada fue ayer, 29 de abril.

"No fue hasta el miércoles santo que me dijeron que sería hoy (por ayer). Y en cierta manera hemos tenido suerte porque han reducido las conexiones por trabajo, porque están realizando varios experimentos, y nos han colado para evitar que nos tocase en el mes de septiembre", resaltaba ayer Siquier a un auditorio de más de 180 alumnos de 4º de ESO del Sant Josep Obrer y del Lluís Vives los esfuerzos realizados para que pudieran ser testigos de un hecho excepcional del que no podrán presumir muchos adolescentes de su edad: una conexión en directo con el espacio.

Dos conexiones semanales

Con un acto que el propio profesor no dudó en adelantar que sería Trending topic, estos colegios mallorquines han entrado en una selecta élite mundial ya que, resaltó Siquier, "tan solo se permiten dos conexiones semanales para todas las escuelas del mundo".

A través de un enlace con Santa Rosa (California), la conexión con la ISS comenzó puntual a las 13:49 minutos de la tarde de ayer. Ainhoa, del Sant Josep Obrer, le planteó a Nick la pregunta: "¿por qué desde la tierra se ve el cielo azul y desde el espacio es negro?", mientras que su compañera Lina le preguntó como se sintió la primera vez que llegó al espacio.

Vea las imágenes de la conexión.Vea las imágenes de la conexión

Guillem, Iván y Miquel Ángel, sus compañeros de colegio, llevaban en el bolsillo varias cuestiones que eran, respectivamente, cuál fue la prueba más difícil que tuvo que sortear para ser astronauta, con qué tipo de actividades se entretenía en su tiempo libre o que le gustaría hacer en el espacio que nadie haya hecho antes. Pero, desgraciadamente, el tiempo se agotó y el astronauta solo pudo contestar a la última de ellas que fue, además, la última de las cuestiones para la que dio abasto la conexión. Tal y como recapituló después Siquier, Hague respondió a 15 cuestiones frente a las 12 a las que pudo hacer frente en la última comunicación.

Por su parte, María, del Lluís Vives, visiblemente nerviosa, no se acordaba de la pregunta que, formulada en inglés como todas ellas, llevaba preparada para Nick y que finalmente tampoco entró. "Espera, la buscaré, la llevo por aquí. ¡Ah sí! Le voy a preguntar si es muy difícil adaptarse a las condiciones en el espacio, que cómo se acostumbra uno para pasar de una vida normal a una en el espacio", abundó la estudiante.

Lo que sí tenían claro todos es que sí,claro que pasarían algún tiempo en el espacio. "Ir y volver, sí, una noche o dos días a lo sumo", acotaban ellas, más apegadas a su familia de la que aseguraron que no querrían separarse por más tiempo. Ellos, sin embargo, irían incluso un periodo más largo; "Sería guay sentir la gravedad cero del espacio", se ilusionaban.

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