Dado que los candidatos a la presidencia del Gobierno han invertido el grueso de la campaña electoral en hallar mentirosos entre sus rivales y a un generoso intercambio de descalificaciones, el último día no les ha quedado más remedio que destapar sus cartas. La presión y la incertidumbre ya eran asfixiantes.

Al cierre de campaña se han apreciado reclamos, casi desesperados, en demanda de la concentración y la polarización del voto. Pedro Sánchez rechaza una "gobernabilidad que descanse en los independentistas" y, escamado por la experiencia andaluza, alerta sobre influencias y condicionantes de la ultraderecha, una posibilidad que, sin embargo, no asusta al líder del PP. Ayer Pablo Casado abrió por primera vez la puerta a la presencia de Vox en el Gobierno. Los votos dirán.

Deben ser los "votos responsables" que reclamaban Maria Salom y Marga Prohens para cerrar campaña. Pero, ¿qué es un voto responsable?, pregúntenlo a cada elector y obtendrán mil respuestas diferentes. Estos son los sobres cerrados que hacen tener dispersión y vuelcos de última hora sobre pronósticos reiterados.

En cualquier caso, ya están remitidos en buena parte. La demanda de voto por correo se ha disparado. En Balears ha aumentado en un 27% con casi 33.800 peticiones. Ha habido motivación para el elector cómodo y ocupado, una forma de contrarrestar la abstención y espolear a indecisos. Las cartas ya están echadas.