El urólogo menorquín (Maó, 1950) es, desde el pasado 1 de enero, el defensor del paciente del sistema sanitario público de las Illes Balears. Aunque admite en esta entrevista que no agotará su mandato, sí se ha marcado como objetivo relanzar una institución que intentó hacer desaparecer del mapa el Govern de José Ramón Bauzá y de la que su actual responsable opina que es un instrumento "muy útil para mejorar la atención sanitaria" en estas islas.

P Fue nombrado defensor de los usuarios del sistema sanitario público de Balears en diciembre para los próximos cinco años...

R Sí, aunque lo soy con fecha de 1 de enero de este año y en teoría, porque en realidad el reglamento que rige esta institución fue derogado en 2011 por el Ejecutivo de José Ramón Bauzá.

P Es usted el sucesor en el cargo de Pilar Sánchez-Cuenca. ¿Qué le parece la eliminación de esta institución en tiempos pretéritos?

R Que se trató de un error grave. Porque, en mi opinión, el defensor del usuario es una figura de intermediación entre los usuarios y la Administración sanitaria que puede resultar muy útil y muy importante para mejorar la atención sanitaria en las Illes Balears. Creo que se trata de una figura necesaria aún admitiendo que ya existen las oficinas de atención al usuario en todos los hospitales públicos de las islas.

P Estamos en vísperas de unas elecciones autonómicas que pueden cambiar el signo político del Govern. ¿Cree que cumplirá su mandato?

R Te puedo asegurar que no lo cumpliré, gobierne quien gobierne.

P ¿Por qué?

R Porque no completaré el mandato. Si lo hiciera, al terminar tendría 73 años, cumplo 69 el próximo mes de mayo. Ya estoy jubilado y para mi es agotador venir a Mallorca tres o cuatro días por semana. Mi mujer y un hijo que aún no ha ido a la universidad siguen viviendo allí. Y como ella aún trabaja, soy yo el que se traslada. De todas maneras, los viajes, cubiertos por las dietas, salen más baratos que alquilarme un piso en Palma.

P Entonces, ¿qué objetivos se ha marcado en la institución?

R Básicamente, montar el servicio otra vez. Lo eliminaron del todo. Borraron hasta su página web. Ya somos tres personas trabajando en él desde el pasado 1 de marzo y esperemos contar con un local independiente el próximo mes de junio (la entrevista se realiza en un escondido y deprimente despacho de la conselleria de Salud. "Pero aclara que esos calificativos son tuyos", ruega el defensor). Pero entiendo, volviendo a tu pregunta inicial, que no debería cambiarse el defensor del usuario, sea quién sea el que gobierne.

P ¿Cuál es el plazo máximo que se ha dado en el cargo?

R Entre junio y septiembre de 2020, cuando mi hijo menor deje Menorca para ir a la universidad.

P Los estatutos de la institución fiijan que el defensor trabajará con plena autonomía e independencia. ¿No pesarán en esa independencia sus 14 años (1995-2009) como diputado socialista en el Parlament?

R Para nada. Hay que ser muy retorcido para pensar que una persona, por ser de unos u otros, va a actuar con poca imparcialidad.

P ¿Actuará con la misma contundencia con un Servei de Salut dirigido por el PSOE que con otro con un responsable del PP?

R Por supuesto. Además, el Servei de Salut lo tiene casi todo reglamentado. Así, podemos recibir una queja de una mujer que por su edad ya no puede someterse a un tratamiento de fertilidad en la pública. Y el IB-Salut nos contestará que hay un reglamento que establece que solo se ofrecen hasta una determinada edad. Por tanto, lo único que podemos hacer es presentarle estudios que certifiquen que ahora las mujeres son madres más tarde, jurisprudencia con sentencias de otras comunidades y todo lo que podamos argumentar confiando en que le hagamos recapacitar y ampliar los plazos.

P ¿De qué manera puede influir en el IB-Salut un organismo que ni tiene facultad ejecutiva ni sancionadora?

R De muchas maneras. Ahora, sin que ningún enfermo lo haya pedido, estamos preparando un estudio para dar nuestra opinión sobre si es necesario montar un servicio de alergología sustentándolo con datos de asistencia a esta patología de todas las islas.

P En estos cuatro meses de actividad, ¿cuántas quejas han recibido?

R Unas cuarenta. Y han sido sobre todo en los dos últimos meses. Antes nadie conocía ni siquiera nuestra web ni nuestro telefóno o nuestro e-mail.

P Ahora tiene una oportunidad para publicitarlas un poco.

R Nuestro teléfono es el 971 177 383, estamos en un enlace de la conselleria de Salut y nuestro mail es defensasalut@caib.es.

P Y volviendo a las quejas, ¿a qué aludían?

R Básicamente las había de dos grupos. Por las listas de espera y por una falta de entendimiento, de comunicación, entre el médico y el paciente.

P ¿Tiene datos de cuántos usuarios se han acogido al decreto de garantía de demora?

R No. Y además no creo que sea la solución para unas listas de espera que han bajado. En realidad creo que no tienen solución.

P Esta salvaguarda establecía un tiempo máximo de espera para pruebas diagnósticas de 60 días que entraría en vigor este año, ¿qué le parece ese plazo?

R Que sesenta días para que te hagan una prueba para saber por qué te duele una pierna, por ejemplo, es un tiempo de espera demasiado largo. Pero también hay que comprender que cada vez hay más demanda de pruebas, que los médicos las solicitan más y que son más complejas y necesitan por tanto de una interpretación.

P ¿Cuáles son, a su juicio, los principales derechos de los usuarios que el sistema sanitario público está incumpliendo?

R La facilitación de información al paciente. Hay muchos médicos que no tienen la facultad de informar a los pacientes de su enfermedad de forma comprensible. También señalaría la dificultad de dar una atención integral y multidisciplinar. Que una persona a la que le acaban de diagnosticar un cáncer también sea atendida desde el primer momento por un psicooncólogo, por ejemplo.

P ¿Y los principales deberes que incumplen los usuarios?

R Que no se quejan lo suficiente, que se quejan poco.