"Llegó muy mal. Con una infección respiratoria importante y gripe; con el oxígeno muy bajo y con moco en los pulmones que no podía expulsar. También padecía una arritmia y estaba muy confuso, neurológicamente muy tocado".

Quien ofrece este diagnóstico es la internista de Son Espases Catalina Nadal, doctora y mentora de Pepe durante su ya más de mes y medio de estancia en la unidad de crónicos complejos del hospital, un dispositivo asistencial que no solo se ocupa de la salud de los pacientes sino que aborda integralmente su problemática.

Incluida la de buscarle una plaza en un centro social a una persona muy celosa de su libertad y muy reacia a someterse a normas y a horarios. "Pepe ya está mucho mejor. Le hemos nutrido, ha hecho rehabilitación y ya ha vuelto a andar. Ahora el problema es conseguir que diga que sí a una plaza social. Ha aceptado y se ha echado atrás varias veces. Mientras tanto, no podemos darle el alta porque sería como mandarle de nuevo a la calle", explica Nadal.

Por eso, la doctora baraja la posibilidad de ingresarle en un sociosanitario -General o Verge de la Salut- en tanto Pepe se decide si accede o no a entrar en Casa de Familia, un recurso asistencial cerca del hospital de la Sang que, opina Nadal, es el idóneo para él: "Es un centro con supervisión médica, Pepe ya tiene 78 años y la necesita, en el que tan solo hay que cumplir con dos horarios, el de la comida y el de entrada nocturna para dormir. A esta gente les cuesta mucho acatar normas, piensan que les están atando". A esta gente les cuesta mucho acatar normas, piensan que les están atando

A su favor juega que Pepe ya no se siente con las mismas fuerzas que antes y que ha acatado el régimen hospitalario. "Se ha portado fenomenal. Ha sido muy educado y respetuoso y Antón ha sido mi contacto, porque se preocupa mucho por él y no tiene familia conocida", concluye la internista.