Con motivo de la visita del portaaviones nuclear Abraham Lincoln a Palma y de la misión conjunta que realiza con la Armada española, la embajada de Estados Unidos en Madrid ha hecho público en sus redes sociales el espectacular despegue de un avión de combate F-18 Super Hornet desde la pista del buque de guerra de propulsión nuclear, que permanecerá en Mallorca hasta el sábado.

Es visto y no visto. El caza, fabricado por Boeing y diseñado especialmente para operar en portaaviones, aguarda su turno aumentando progresivamente las revoluciones de sus motores, hasta que es catapultado y en un tiempo récord de entre dos y cuatro segundos, logra alcanzar la velocidad suficiente para abandonar la pista a toda velocidad.

El caza, además de las polivalentes misiones que puede realizar, tiene unas prestaciones superiores, pudiendo llegar a alcanzar los 2.205 kilómetros por hora, dos veces la velocidad del sonido.

El nuevo y mejorado Super Hornet es un avión de combate tipo caza polivalente totalmente nuevo, que sigue la continuación de producción en serie, de la generación de aviones caza McDonnell Douglas F/A-18 Hornet, el caza naval de peso medio embarcado en los portaaviones clase Nimitz, este nuevo modelo se ha demostrado que es más eficaz que el primer Hornet clásico.

El avión puede desarrollar misiones de ataques diurnos y nocturnos con armas guiadas de precisión, defensa antiaérea, caza de escolta, apoyo aéreo cercano, supresión de defensas antiaéras enemigas, apoyo aéreo cercano, guerra antisuperficie, reconocimiento, reabastecimiento en vuelo y lanzamiento de folletos con contenedores.

Tercera jornada: siguen las visitas programadas

Durante la tercera jornada de visita a Palma del portaaviones estadounidense Abraham Lincoln han continuado las visitas programadas al buque de guerra, que se realizan por invitación y cuyo transporte se efectúa a bordo de dos embarcaciones que zarpan desde el Dique del Oeste. El público no puede visitar el buque si no es a través de una invitación.

También durante el día de hoy han sido muchas las embarcaciones de recreo, grandes y pequeñas, que se han acercado al portaaviones para contemplar de cerca su gigantesca estructura, de más de 320 metros de eslora, auque hoy en día ya hay cruceros turísticos que superan ampliamente sus dimensiones.