El debate celebrado ayer en un abarrotado Club Diario de Mallorca entre los cabeza de lista de los principales partidos de Balears para el Congreso, salvo Vox que estuvo representado por Manuela Cañadas, aspirante al Senado, sirvió para poner sobre la mesa dos modelos de país. La confrontación quedó especialmente clara al afrontar el debate sobre el modelo territorial, con Cataluña en el punto de mira, en el que se mezcló la postura sobre la lengua. En lo que sí hubo unanimidad es en que todos los partidos en liza ante la cita con las urnas el próximo día 28 dan por hecho que la formación de Gobierno dependerá de los pactos que se alcancen, de nuevo con dos frentes claros. Mientras PP, Ciudadanos y Vox asumían de diferente manera que si es necesario se repetirá un pacto a la andaluza, los partidos de izquierdas, en especial PSIB y Podemos, abogaban por acuerdos entre los que aspiren a impulsar políticas progresistas.

El debate más intenso se produjo, en todo caso, entre Marga Prohens (PP), Pere Joan Pons (PSOE) y Joan Mesquida (Ciudadanos), con constantes dardos entre ellos en una demostración de experiencia en la batalla política que hicieron que Antònia Jover (Podemos), Guillem Balboa (Veus Progressistes) y Joan Miralles (El Pi) quedaran en segundo plano.

El caso de Cañadas fue diferente. Vox se estrenaba ayer en Balears en los debates electorales y estaba previsto que acudiera la cabeza de lista al Congreso, Malena Contestí, pero no pudo asistir al encontrarse enferma. La candidata al Senado del partido de la ultraderecha tiró más de chascarrillos que de propuestas, en un intento de provocar al resto de los aspirantes que optaron en general por no replicarle. Balboa resumió esta reacción con un despectivo "no vale la pena" ante la posibilidad de contestar a la pregunta de Cañadas sobre si "su modelo de educación son las chochocharlas y enseñar a los niños a masturbarse".

El debate, moderado por el periodista Miquel Adrover, estuvo dividido en cuatro bloques: financiación, vivienda, modelo territorial y de Estado y derechos sociales. A ellos se añadió una última pregunta sobre su postura ante los posibles pactos de gobierno.

Nada más iniciarse, Prohens dejó clara su intención de enfrentarse prioritariamente a Pere Joan Pons, al considerar que sólo hay dos posibles futuros inquilinos en la Moncloa: Pedro Sánchez o Pablo Casado. "Es de agradecer que el candidato del PSOE haya aceptado este debate, lo que no ha hecho Pedro Sánchez", fue la primera frase de la candidata del PP que dedicó el grueso de sus intervenciones a atacar a los socialistas en general y a Pons en particular. A pesar de ello, Pons tuvo confrontaciones más intensas con Mesquida que con Prohens.

"De esta mesa usted es el único que ha estado en Madrid y después de la moción (de censura contra Rajoy) sólo tenía una misión en nueve meses, conseguir un buen REB , y ha fracasado", espetó al socialista que eludió contestar. Fue Mesquida el que recordó que el PP apoyó el actual REB, una intervención ante la cual Pons le recordó que Cs se abstuvo. "Es que es un engaño", sostuvo Mesquida para quien "ni PP ni PSOE están legitimados para hablar de financiación".

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Los ataques de los candidatos de PP y Cs al socialista hicieron que al final Pons abandonara un perfil bajo como contendiente. "La señora Prohens y el señor Mesquida ahora comparten un presidente," ironizó en referencia a José Ramón Bauzá, ahora en las filas de Cs. Continuó con la ironía para criticar que, escuchando a sus oponentes, "todo lo que ha hecho el PSOE está mal, incluso llegan críticas de quien ha ocupado cargos de responsabilidad en el PSOE", dirigiéndose a Mesquida. "Su milagro económico está en la cárcel", espetó poco después a Prohens cuando la candidata popular presumió de la gestión económica del PP.

La confrontación entre los distintos candidatos se repitió al poner sobre la mesa la gestión ante el problema del acceso a la vivienda o las propuestas para garantizar las pensiones, aunque la mayor intensidad se alcanzó al plantear el actual estado de las autonomías y el conflicto catalán. En mayor o menor medida, los candidatos de PP, Vox y Ciudadanos, se mostraron a favor de la aplicación del artículo 155 de la Constitución para Cataluña, aunque fue Mesquida el más contundente.

"Aplicaríamos el 155 inmediatamente. Con el independentismo no se negocia. Si no negociamos con ETA nunca, ¿de qué hay que negociar ahora? Con el diálogo debilitamos a España", dijo el candidato de Ciudadanos.

Pons le recordó que "aplicar de forma permanente el 155 es inconstitucional" y resaltó que el PSOE no defiende "ni la independencia ni el 155, el diálogo aún es un valor". Balboa aún fue más duro. " Decir que el diálogo debilita al Estado le inhabilita para gobernar", dijo a Mesquida añadiendo que, ante las apelaciones al riesgo de ruptura del país, "España ya esta rota, con un 25% de sus ciudadanos en riesgo de exclusión social".

"Siempre acabamos hablando de Cataluña y muy poco de Balears", puso el dedo en la llaga el candidato de El Pi, quien defendió una mayor descentralización. En el lado opuesto, Cañadas. "Sobran las autonomías, nos sangran a los españoles para mantenerlas", dijo la candidata de Vox quien dejó claro que si su partido gobierna "las suprimirá", al igual que a los "chiringuitos lingüísticos". Esta frase y su afirmación de que "las mujeres feministas están en Vox, las feminazis no", agitaron especialmente al público.

Jover, por su parte, defendió el peso de Podemos en las medidas más progresistas que se han acordado y tuvo dar la cara por Pablo Iglesias ante los ataques de Prohens por la compra de su chalé. "Después de los recursos públicos usados por el PP para investigar a Podemos, que lo único que encuentren es que una pareja joven se compra una casa es un orgullo", dijo la candidata de Podemos..