n El 40% de las camareras de piso que trabajan en los hoteles sufren síntomas de depresión, lo que les obliga a tomar fármacos para paliar estos efectos del estrés, que después ocasionan otros efectos secundarios. Este dato es una de las principales conclusiones que se han obtenido en un estudio que ha realizado el sindicato Comisiones Obreras, en el que se ha analizado la situación de estas trabajadoras, conocidas como las 'kellys', en el que se afirma que estas empleadas sufren un exceso de carga de trabajo, que después pagan en salud.

Silvia Montejano, secretaria general de la Federación de Servicios de CCOO de Balears, detalló que este estudio se ha realizado en seis comunidades autónomas, que son las que más actividad turística tienen y se ha demostrado que en todas estas zonas las situaciones laborales de estas trabajadoras es muy similar.

Gonzalo Fuentes, secretario general de esta área de servicio del sindicato, destacó también la bonanza económica que ha tenido el sector turístico en los últimos años, con ingresos récord. Explicó que debido a que muchos hoteles han mejorado sus habitaciones, ello ha representado para las camareras de piso una mayor carga de trabajo, porque cada vez es más complejo limpiar estas estancias.

Denunció que las empresas hoteleras, mientras que se han gastado mucho dinero en reformas, no han invertido prácticamente nada en mejorar las herramientas de trabajo que faciliten la tarea de estas camareras. "Estas inversiones no han repercutido en favor de los trabajadores", señaló, que puso como ejemplo que "las camareras continúan empujando los mismos carros que hace 40 años".

El responsable sindical calificó de "egoísmo empresarial" la falta de inversión y consideró necesario que se aumente el número de empleos en los establecimientos hoteleros, para que estos trabajadores tengan una menor carga. "Cuantas más mesas, peor servicio; cuantas más camas, peor limpieza", destacó Fuentes, que recordó que esta situación al final repercute en la buena imagen que se lleva el turista. En un esfuerzo para luchar a favor de la salud laboral de los trabajadores, el representante sindical explicó que se está redactando una guía práctica para prevenir las enfermedades de trabajo. Se trata de un documento que en estos momentos ha quedado apartado por la paralización del Congreso, a la espera del nombramiento del nuevo gobierno.

Por su parte, José Rodríguez, responsable del sindicato del área de salud laboral, explicó que este estudio se ha centrado en descubrir cuál es el nivel de consumo de fármacos al que se ven obligadas a recurrir las trabajadores de los hoteles. Detalló que mientras que se ha detectado una bajada del consumo de sustancias como tabaco, alcohol o drogas, con respecto a los fármacos como ansiolíticos o antidepresivos se ha detectado un gran aumento. Y que este consumo de estos medicamentos afecta más a las mujeres que a los trabajadores varones del sector hotelero.

Sobrecarga de trabajo

Rodríguez explicó que el motivo por el que estas empleadas de los hoteles tienen que recurrir a estos medicamentos es por las consecuencias de la sobrecarga de trabajo. "Al aumentar la intensidad del ritmo de trabajo, porque las camareras se ven obligadas a limpiar un número determinado de habitaciones, se prescinden de la alimentación básica porque solo les queda tiempo para terminar la tarea", explicó. Estos sobreesfuerzo, después, tienen efectos en la salud. Lo demuestra que el 71% de las camareras han asegurado que sufren dolor en más de cuatro partes de su cuerpo, sobre todo rodillas, muñecas, lumbares y cervicales. Y, por tanto, estos dolores se intentan paliar con fármacos. Primero se empieza con pequeñas dosis, para después ir aumentándolas al ir perdiendo sus efectos. Estos fármacos ocasionan, a la larga, efectos adictivos. Aumentan los síntomas de la ansiedad y el insomnio, provocan dolores musculares o gástricos y, al final, ocasionan síntomas de abstinencia que obligan a estas camareras a consumir cada vez más medicamentos y más fuertes. Además, recordó Rodríguez, de que una vez que estas trabajadoras salen agotadas de su jornada laboral, se enfrentan a las tareas domésticas en su casa.