Kiko Mestre ha declarado ante la jueza del Tribunal Superior de Justicia Felisa Vidal que el pasado 11 de diciembre, cuando le fue intervenido su móvil personal y de trabajo por orden del juez Miquel Florit, que no tuvo otra opción que acceder al requerimiento. "Es como si vas al médico y te dice: o te operas o te mueres", ha explicado plásticamente el redactor de Diario de Mallorca.
Según Mestre, el auto del juez Florit no le dio opción a negarse a facilitar su móvil. "Ni me resistí, ni me aferré al móvil, ni me tiré al suelo, si me hubiera resistido podía haber acabado detenido por resistencia a la Policía".
El periodista ha manifestado, al final de su declaración, que la requisa de los móviles y el control judicial y policial de sus llamadas, le ha causado "un enorme daño moral y un gravísimo perjuicio profesional y familiar".
El redactor de Diario de Mallorca ha recalcado que el caso Móviles está causando un serio daño al trabajo de los periodistas en general y especialmente de los que se dedican a la investigación. "Nadie nos va a contar nada si sabe que la Policía va a tener acceso después a nuestras fuentes".
Mestre ha manifestado, a preguntas de su defensa, ha señalado que no renuncia a reclamar posibles indemnizaciones por el daño moral sufrido tras esta lamentable experiencia.
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