El joven Adrián Pacin denunció ayer una agresión homófoba que padeció el lunes por la noche junto a su amigo Facund Fora en el bar del polideportivo Montisión por parte de un camarero. Según relata, ambos acudieron al bar Padel Myc Sport Montesion con una amiga y al entrar Pacin y Fora se dieron un abrazo y un beso, lo que provocó que el camarero y un cliente que hablaba con él se rieran burlándose de ambos, mientras hacían gestos con la cabeza en actitud "desafiante"

Según hizo constar en el atestado de la Policía, ante esta situación decidieron marcharse del lugar, por lo que Fora se dirigió a la barra a pagar las consumiciones y comentó al camarero que se habían sentido incómodos, preguntándoles si sus risas se debían a que se habían abrazado. Entonces el camarero intentó propinar un puñetazo a Fora desde el interior de la barra, derribando los objetos que había encima y, al no alcanzarlo, salió de la barra con la intención de agredirlo. Al ver lo que ocurría Pacín se levantó y se interpuso para intentar evitarlo, golpeándose la pierna con la barra del bar durante el forcejeo con el camarero, por lo que tuvo que ser asistido en el SUAP de Son Piza.

Mientras Pacin retenía al camarero, su amigo salió del local aconsejado por clientes pero, una vez en el exterior y cuando se encontraba cerca de la puerta de las instalaciones para abandonarlas, fue retenido por otro grupo de personas, entre ellas el amigo del camarero, que no le permitieron marcharse y le dijeron que el dueño del bar había llamado a la Policía, mientras el amigo del camarero seguía increpándole. Al final se personó una dotación del Cuerpo Nacional de Policía, que medió entre las partes e informaron de los trámites a seguir.

"Núnca había vivido una situación así", relató Pacín quien se ha mostrado convencido de que "puede estar produciéndose una nueva ola de agresiones por los discursos de determinados partidos políticos", en un contexto en el que "se está dando alas a los más viles y violentos odios homófobos"

Para Pacín, además del intento de agresión, "lo más grave" fue que la patrulla policial al personarse les dijo que, al no llamarles "maricón", el que la agresión se produjera ante un abrazo y un beso "no era un hecho objetivo suficiente que constituyera un delito de odio" y que para eso se necesitaba una "apreciación verbal".

"Le dije al policía: afortunadamente estamos bien, pero si me hubiera abierto la cabeza sin que mediara palabra, ¿seguiría eso sin ser un delito de odio? No respondió", concluyó Pacín su relato.