Tanto Lamia Abbassi como Hoda El kammouni llevan velo y saben que es algo que sigue llamando la atención (y a veces recelo) cuando llegan a algunos sitios. Explican que es algo que el Islam pide a las mujeres como a los hombres les pide otras cosas, pero que fueron ellas las que libremente decidieron llevarlo y que no lo ven como un símbolo de sumisión: "Mi religión me pide que lo ponga. Yo me lo puse porque empecé a creer más y es un hecho que me relaciona con Dios, me acerca a él y me hace sentir bien", explica Hoda: "No es solo porque sea un símbolo de identidad o porque los demás se lo pongan, yo me lo puse a los 19 años y mis padres me preguntaban por qué, ¡hasta me decían que no me quedaba bien!", recuerda riendo. Lamia añade: "Es una decisión mía. A ver, no podemos esconder que somos musulmanes y educamos en unos valores. No es obligado, no es 'te has de poner esto porque sí'. Te van explicando el velo, el Ramadán y si lo entiendes y si quieres, lo haces o no. Para mí es identidad, protección, orgullo". En la asociación, explica Mohamed Bouziz, hay chicas que han contado que son rechazadas en entrevistas de trabajo por llevar velo. Les ofrecen apoyo legal ya que hay sentencias que han condenado a empresas por prohibir su uso. Tanto Hoda como Lamia rechazan que el islam sea machista: "Lo son algunas personas, el Corán habla de igualdad".