Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Antoni Fuster: "El plan del Consell evita que entren más grandes comercios"

"Las limitaciones llegan tarde porque el relevo generacional ya está muy herido" - "El sector no puede subir los salarios como los hoteleros"

"Marzo ha sido para olvidar y nos conformamos con que esta temporada turística sea como la de 2018". M. Mielniezuk

P El Consell de Mallorca

R Al menos eso esperamos. Ese plan director es la herramienta que el sector pedía para parar la implantación de más centros comerciales. Pero hay que entender el Pecma con una visión más amplia, porque lo que hace es limitar la implantación de grandes superficies en una isla en la que el territorio es escaso, con unas circunstancias muy diferentes a lo que Bruselas preveía con la liberalización. Y hace frente a otro problema muy grave que tenemos, como es el de la movilidad. Colapsar la autopista que nos comunica con el aeropuerto es algo muy serio. Detrás de todo eso, también se protege el modelo de comercio que defendemos.

P El plan se ha aprobado con el voto a favor del PSOE, Més, Podemos, PP y El Pi y la única abstención de Ciudadanos. ¿Eso supone que está muy bien hecho o solo refleja el poder de miles de pequeños comerciantes ante unas elecciones inminentes?

R Antes de aprobarse el Pecma ha habido muchas reuniones con todo el sector y los diferentes partidos políticos. Nosotros hemos trasladado el modelo de comercio que nos gusta, que es el pequeño y diferenciador. Por eso además de proteger el territorio va a evitar la entrada de más grandes superficies. Yo creo que ese consenso tan amplio solo refleja el nivel de entendimiento que se ha dado en su elaboración y el convencimiento de que es necesario proteger nuestra isla. La abstención de Ciudadanos supone un sinsabor y no conozco sus motivos. Me hubiera gustado que fuera un plan refrendado por todos.

P ¿Qué se ha quedado en el tintero en la elaboración del plan?

R Recoge bastante bien todo lo que propusimos. Lo que nosotros buscábamos es que en comercios de más de 700 metros cuadrados se deban de cumplir los requisitos previstos en el plan. Inicialmente estaba en 4.000, pero conseguimos que se pasara a los 700, que es lo que marca la Ley de Comercio. Estoy contento.

P Ustedes dicen que el Pecma es bueno, pero también que llega tarde y que gran parte del daño ya está hecho.

R Es cierto. Llega tarde porque hay una herida que ya está abierta, y es el relevo generacional. Las oportunidades que el pequeño comercio ofrece a nuestros hijos son muy diferentes a las que había antes. Si el Pecma hubiera llegado hace diez años, la implantación de algún gran centro comercial que tenemos cerca de Palma no se hubiera producido y no hubiera destruido tantos puestos de trabajo y provocado el cierre de tantas tiendas, y nuestros hijos verían mejores perspectivas a la hora de ponerse al frente de un pequeño establecimiento. Hoy el sector tiene las cosas muy difíciles, aunque intentaremos que con el plan director se pueda recuperar el tejido comercial de Palma y de nuestros pueblos, ya que no hay que olvidarse de estos últimos. Pero el relevo generacional está sufriendo mucho. Hay que enseñar a nuestros hijos que es un trabajo sacrificado, pero que puede tener futuro.

P ¿Limitando los nuevos establecimientos de Inca y IncaManacor

R Inicialmente se preveían muchos más metros en estas poblaciones, lo que hubiera sido mucho peor para el comercio local de los pueblos. Es cierto que se da una macrocefalia en Palma. Pero lo que hay que defender en los pueblos es el comercio tradicional. Y eso va a depender mucho también de las decisiones que tome cada Ayuntamiento.

P ¿No se ha cantado victoria demasiado pronto? Todos los partidos son conscientes de que la patronal de grandes superficies va a llevar el Pecma a los Tribunales y además está el filtro de Bruselas.

R Yo deseo que el Pecma tenga muchos años de vida y para eso hemos luchado. Además, no es una herramienta de protección para un determinado tipo de comercio, sino de protección de una isla. Es tan absurdo, que la Directiva Bolkestein permite un gran centro comercial en Formentera. Hemos de tener la capacidad de legislar en función de nuestro territorio y de estudios de saturación y de población.

P Hay un tema que está condicionando el futuro del pequeño comercio y que no puede ser regulado por el Pecma, como es el precio de los alquileres de locales en las principales calles comerciales de Palma. Está echando de las primeras zonas a las tiendas tradicionales.

R Es un problema gravísimo en zonas como el Born, Jaume III o Sant Miquel. El pequeño emprendedor cada vez lo tiene más difícil. Las grandes marcas han puesto mucho dinero para estar en esos lugares e impiden el establecimiento del pequeño comercio local. Palma se ha convertido en una capital de atracción turística de primer nivel, hay que reconocerlo, pero una consecuencia está siendo ésta. Por eso una de las propuestas de Pimeco es el reparto de los turistas por la ciudad. Si lo dejas en la Plaza España llegará a la Catedral, pero antes habrá recorrido más espacios de la ciudad.

P Hágame una apuesta. ¿Cómo va a acabar el proyecto de un nuevo centro comercial en Ses Fontanelles?

R Yo apuesto a que no habrá Fontanelles, porque es lo que deseo para el bien del comercio. Si se desarrolla ese proyecto, terminará por arruinar a buena parte de las pocas tiendas que quedan en Palma y sus barriadas, porque el efecto Fan Mallorca ya ha sido devastador. Tanto, que la gente se queja de que no puede aparcar en Palma, pero hace media hora de cola en la autopista. No lo entiendo.

P Ustedes pretenden competir con los grandes con el modelo de centro comercial urbano a cielo abierto. ¿Se pone realmente en marcha o solo será una foto electoral?

R Es algo que también llega tarde. En 2011 ya hablaba de este tema con el que fuera director general Pere Trias. No sabemos si el próximo Govern seguirá apostando por este proyecto, aunque vamos a empujar para que sí, porque será positivo para el sector. Y si funciona en Palma, podemos llevarlo a los pueblos, porque la situación del sector en estos últimos nos preocupa muchísimo. Por eso estamos pidiendo a los partidos que se redefinan las zonas de gran afluencia turística. Tenemos un ejemplo clarísimo, que es Campos, donde ha desaparecido casi todo el núcleo de la tienda pequeña.

P ¿Su mayor enemigo es el gran centro comercial o las plataformas digitales como Amazon?

R El mundo digital es una gran amenaza porque no tiene ninguna regulación. Una persona puede montar con un portátil y desde su casa una tienda online. Pero también tenemos que acercarlo al pequeño comercio, ya que cerca del 70% aún no está en internet. Por eso este tema forma parte del proyecto de centros comerciales urbanos abiertos.

P Acaba una legislatura en la que las principales instituciones han estado gobernadas por un Pacto progresista. ¿Qué balance hacen?

R El Pecma del Consell de Mallorca ha sido una gran victoria, la reducción de los domingos con apertura comercial también, pero me queda un sabor agridulce, especialmente agrio en el caso del ayuntamiento de Palma. Se ha prohibido el alquiler vacacional de una manera radical y sin consultar al sector, tenemos una Palma Activa que está generando un clientelismo entre las tiendas y que no cuenta con las patronales, una legislatura que se inició con una ciudad llena de trastos encima de los escaparates, que quiere limitar el número de cruceros que llegan cada día... Son muchas cosas que pueden afectar de una forma brutal al pequeño comercio. Incluso se ha generado una turismofobia que nunca había visto. El sabor con el Consell y el Govern es más dulce, pero con el Consistorio, que marca nuestro día a día, la nota es muy negativa.

P Hubo un amago de protesta por parte de las patronales de comercio, restauración y de apartamentos vacacionales contra la política turística del Pacto que finalmente se abortó. ¿Qué sucedió?

R Es cierto que estas organizaciones empresariales estábamos viendo que algunos aspectos que he señalado antes de la política turística podía perjudicar el futuro de nuestros sectores. Queríamos comparecer públicamente para explicar por qué no estábamos de acuerdo con la turismofobia. Pero hubo presiones desde alguna Conselleria y determinadas llamadas telefónicas para evitarlo. He de decir que yo no las recibí, pero otros presidentes de esas patronales sí. Así que optamos por pararlo. Pero algunos seguimos pensando en que es necesario expresar nuestra opinión, y quizás lo haremos antes de las elecciones autonómicas.

P ¿Pone nombre y apellido a los autores de esas llamadas?

R Lo dejaremos en que vinieron de algunas personas del Govern.

P ¿El alquiler turístico es bueno o malo? Aporta más clientes al comercio, pero se le achaca una subida general de los alquileres y menos capacidad de compra de las familias residentes.

R Se tiene que regular. No nos gusta prohibir por prohibir, y no se ha hecho ningún estudio sobre las diferentes zonas de Palma y el impacto en las barridas. Lo que creo es que fomenta el turismo de barriada, que baja al bar a tomar un café o a cenar, se pasea por la zona... y no se concentra en el centro de la ciudad, sino que puede favorecer a espacios como Blanquerna, General Riera, o 31 de Diciembre, donde también hay pisos de alquiler. Además, desde que se ha prohibido no ha bajado el alquiler residencial.

P ¿Qué perspectivas manejas para la temporada turística, una vez superados los peores meses de ventas?

R Marzo ha sido para olvidar, el peor de los últimos años por el retraso de la Semana Santa. Para el verano, nos conformamos con que sea como en 2018. En muchos pueblos y barriadas donde no hay afluencia de visitantes, cada vez vemos menos tiendas abiertas. Por eso el alquiler turístico puede ser bueno en estos puntos.

P Se está negociando el convenio colectivo del sector y los sindicatos piden una mejora salarial del 15% en tres años.

R Insostenible.

P ¿Y qué ofrecen ustedes?

R La Confederación Balear de Comercio tuvo una reunión y decidimos que es inaceptable. No somos hoteleros. Decimos no a su propuesta. La nuestra va a ser elevar los salarios según el IPC, y se podría llegar al 2% pactado entre sindicatos y patronales en el ámbito estatal.

Compartir el artículo

stats