Apenas falta una semana para el 29 de marzo, fecha para la salida del Reino Unido de la Unión Europea y a falta de saber si Theresa May logra los tres meses de prórroga que ayer solicitó a sus todavía socios europeos sigue el ritmo frenético de jornadas de análisis sobre el brexit. Ayer fue el embajador británico en España, Simon Manley, quien visitó Palma. El diplomático reconoce que ante un divorcio sin acuerdo "sí habrá retos importantes" en el tratamiento de los turistas británicos.

Manley esgrime los planes de contingencia que se han preparado. "Estamos hablando con las autoridades españolas para asegurarnos de que no haya colas innecesarias y que la experiencia de los británicos que vienen sea positiva", declaró tras la reunión que mantuvo en el Palacio de Congresos con un grupo de empresarios en la jornada El brexit, oportunidades y consecuencias, organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).

Con planes de contingencia o sin ellos, lo cierto es que el comportamiento del mercado británico hacia Balears se está resintiendo. Para el verano es la comunidad autónoma con mayor caída en las reservas de paquetes vacacionales, según cifras de Turespaña en Londres, y la prensa británica sostiene que sus ciudadanos temen viajar con el escenario brexit sin resolver. Al respecto, el representante de Theresa May se muestra escéptico: "He visto muchas cifras distintas. Tenemos que esperar los números finales de llegada de británicos y también lo que gastan".

Manley apunta a la temporada 2018: "Unos pocos menos visitaron España, pero gastaron más y contribuyeron más a la economía española". Efectivamente, el gasto medio por turista, 983 euros, creció casi un 3% el año pasado.

Primer inversor europeo

Durante la presentación del acto, Sebastián Escarrer, presidente de APD en Balears, destacaba el 8% de recesión para el Reino Unido previsto por el Banco Central Europeo en caso de brexit duro, lo que hará que los británicos se "cuestionen venir de vacaciones" al archipiélago. En este sentido, Manley insiste en los planes de contingencia que incluyen medidas "para que los británicos puedan seguir tomando sus aviones para venir a Mallorca, Menorca y Eivissa".

El diplomático repasa las cifras de los británicos y Balears: casi cuatro millones de turistas el año pasado, "25.000 que han elegido estas islas como su hogar y 10.000 con residencias aquí". Insiste en que el Reino Unido es "el primer inversor europeo en las islas y en España desde hace tres años" y en que el año pasado el comercio de bienes creció un 5%, por un total de 60.000 millones al año.

Y, por otro lado, hay más de 200.000 españoles que viven en el Reino Unido, además de 12.000 estudiantes en universidades británicas y 5.000 investigadores. "Esta relación la queremos reforzar en los años que vienen, hay muchas oportunidades", afirma Simon Manley.

Sobre la situación económica de su país, el embajador saca pecho ante las noticias que aseguran que no va bien en este entorno de incertidumbre. "No es verdad que es catastrófica" y enumera el bajo índice de desempleo (4%) y que el PIB británico supera al alemán e iguala al francés. "Según Forbes es el mejor país del mundo para invertir", acota.

Entre los empresarios que siguieron la intervención de Manley el clima era de desánimo: la incertidumbre sigue y el discurso de Manley, no podría ser de otra manera, es el de la primera ministra. "Tenemos un buen acuerdo de retirada y lo tenemos que ratificar". "Los británicos votaron en 2016 salir de la UE, no de Europa", insiste el embajador.