Rosa Estaràs aguardó en 2014 a tener amarrada la presencia en puestos de salida, para su reelección en las europeas. Solo entonces se encaminó a la sede del PP balear en Palau Reial. Allí le aguardaba su odiado José Ramón Bauzá, por entonces presidente del Govern con mayoría absolutísima.
Estaràs había patrocinado en la década precedente a Bauzá como su sucesor en la presidencia del PP balear. Antes de huir a Bruselas en 2009, viajó con el entonces alcalde de Marratxí a Génova 13, para avisar a la cúpula popular madrileña de que "a éste tenéis que cuidarlo". Mi hijo muy amado.
Todo había cambiado cinco años más tarde, y Estaràs destripó con saña a un Bauzá sentado imperturbable en su despacho, aguantando el chaparrón. Las frases y expresiones de la eurodiputada son irreproducibles. Obtuvo una respuesta oracular del gélido farmacéutico:
-Rosa, te veo un poco alterada.
De ahí que el mayor triunfo de Estaràs en su carrera, sobrevivir a unas europeas plagadas de aspirantes de postín, se vea empañado por la decepción de saber que compartirá Bruselas con el segundo político conservador al que más desprecia, después de Jaume Matas.
Los triunfos incontestables de Bauzá (5) y Estarás (9) agrandan el fracaso de Francina Armengol. Mallorca contará con dos eurodiputados de derechas, y ambos criados en el PP, por ninguno del PSOE. La candidata veinteañera Alícia Homs (18), forjada junto a Teresa Riera, solo puede confiar en un milagro laico.
Es decir, Armengol pesa en Ferraz la mitad que Estaràs en Génova, y la cuarta parte que Bauzá en el entorno de Rivera. Ergo, Sánchez odia más a la presidenta balear que Estaràs a Bauzá. Nadie sabe bien por qué.
