El estado de salud de la restauración mallorquina no es especialmente bueno, dado que casi siete de cada diez establecimientos inspeccionados por Seguridad Alimentaria se quedan en el aprobado raspado o incluso suspenden.

Los inspectores aplican una puntuación a los comedores que controlan, que va de cero a cinco. El cero se otorga a los locales cuyo estado de higiene es pésimo y suponen un peligro manifiesto para la salud pública; el uno cuando es muy malo; el dos a aquellos que están mal pero sin llegar a ser necesario el cierre; el tres a los que muestran muchas deficiencias pero sin llegar a ser graves, lo que supone un aprobado raspado; el cuatro a los que están bien, aunque puedan mostrar algún pequeño fallo; y el cinco para los que muestran una situación óptima.

Pues bien, de los 1.209 establecimientos visitados en Mallorca durante 2018, el 58% se quedó con esos tres puntos, un 5% recibió dos, un 3% obtuvo un solo punto y el 2% se calificó con un cero. Como referencia, señalar que la nota más baja se la llevaron 21 locales de la isla, que suponían un peligro para sus clientes. Es decir, un 68% se quedan en unos niveles de los que difícilmente se puede presumir.

Por contra, el 23% consiguió cuatro puntos y el 9% los cinco. Eso supone que el 32% muestra una situación que refleja un buen nivel de calidad.

Un aspecto que se señala desde este departamento es que una buena parte de los responsables de las instalaciones con una baja puntuación presentan una reacción similar, sorprendiéndose ante su baja nota con un "pero si aquí nunca ha pasado nada". El problema es que nunca pasa nada, hasta que pasa, de ahí las órdenes de cierre hasta que se subsanan los fallos graves.

Por ello, la jefa del servicio de Seguridad Alimentaria, Margalida Buades, defiende que se debería modificar la legislación en esta materia para que los resultados de estos controles, y las notas asignadas, pudieran hacerse públicos, de forma que el consumidor pudiera saber a qué tipo de establecimiento acude a comer. Y defiende también la necesidad de elevar las sanciones económicas para que "los incumplimientos no resulten rentables".

Participar en el Gold

Desde Seguridad Alimentaria se está reivindicando actualmente ante la conselleria de Turismo que su puntuación se tenga en cuenta a la hora de conceder la nueva categoría Gold, con la que se va a identificar a los establecimientos que ofrezcan un buen nivel de calidad.

Según pone de relieve Margalida Buades, no es coherente conceder ese distintivo de calidad sin tener en cuenta la opinión de su departamento.