"La vivienda social ha fracasado porque lo han dejado en manos del mercado". Han sido las palabras de Heidrun Maier-Dekruijff, presidenta de la asociación para viviendas asequibles y sociales en Europa, quien, durante su intervención en las jornadas de Vivienda celebrada este miércoles con la colaboración del Govern, ayuntamiento de Palma y Més, ha instado a la Unión Europea a mejorar el acceso a la vivienda.

Según Maier-Dekruijff, 82 millones de ciudadanos europeos gastan más del 40% de sus ingresos para pagar su vivienda lo que, según sostiene Maier, es una barbaridad. Por ello, dice, muchas ciudades se han convertido en "ciudades fantasma", donde sus habitantes solo la pisan para dormir. Otra de las consecuencias de los "desorbitados precios", es que gran parte de la población se ha visto obligada a salir de la ciudad porque los precios son inasumibles.

La presidenta de la asociación para viviendas asequibles y sociales en Europa también ha hecho hincapié en los alquileres a corto plazo, "lo que provoca inestabilidad en el mercado de la vivienda". Maier-Dekruijff ha criticado que plataformas como Airbnb ofrezcan viviendas de alquiler a corto plazo sin después cagar sus correspondientes tasas al Gobierno. ¿Cuánto dinero pierde Europa por ello? 150 millones de euros anuales, según Maier-Dekruijff.

Por todo ello, instan a la Unión Europea a mejorar el acceso a la vivienda. "Aceptamos que las competencias del ámbito de la vivienda es a nivel nacional, pero hay que mejorar algunas medidas para facilitar el acceso a la vivienda porque no solo debe financiarse a través del PIB", defiende Maier-Dekruijff.

Unas jornadas que han tenido una gran acogida. Según María del Carmen Barrera, secretaria de políticas sociales de UGT, la elección de celebrar estas jornadas en Palma no es casual. Y es que Balears, precisamente por ser unas islas, sufren aún más la subida de precios en la vivienda. Barrera ha asegurado que muchos profesionales de la administración central no quieren venir a trabajar al archipiélago precisamente porque los precios de la vivienda son desorbitados y el plus por insularidad no es suficiente. Un problema que está padeciendo en mayor medida Ibiza durante los meses de verano.