Los nuevos medidores de glucosa que permiten a algunos pacientes diabéticos tener mejor controlada su enfermedad sin tener que realizarse molestos pinchazos en los dedos comienzan a implantarse poco a poco en esta comunidad autónoma.

Desde que se aprobó su dispensación en Consell de ConsellGovern el pasado mes de noviembre, el Servei de Salut ya ha entregado un total de 5.766 marcadores hasta el mes de febrero por los que ha tenido que realizar un desembolso de 282.272 euros, informaron desde el IB-Salut.

Estos marcadores -un sensor que se coloca en el brazo y que permite que la máquina medidora marque el nivel de azúcar simplemente pasándola sobre el sensor, como si estuviera escaneándolo- tienen una vida útil de 14 días transcurridos los cuales han de ser sustituidos por otro.

Con estas primeras cifras, el Servei de Salut calcula que el coste de la nueva prestación ascenderá a una cantidad cercana al millón de euros anuales.

Estos nuevos medidores no están indicados para todas las personas que padezcan diabetes. Así, inicialmente se ha establecido suministrarlos a los pacientes pediátricos con esta enfermedad metabólica -con edades comprendidas entre los 4 y los 17 años-, a las gestantes con diabetes y a aquellas personas que sufran frecuentes hipoglucemias (peligrosas bajadas del nivel del azúcar en sangre que pueden llegar a desencadenar un coma diabético) o que precisaran realizarse seis o más controles diarios para tener bajo control su enfermedad.

Ciento cincuenta adultos

El servicio de Endocrinología de Son Espases, hospital que hasta el momento ha entregado estos nuevos medidores a 150 pacientes adultos, ha añadido a este colectivo personas con discapacidades físicas que se pudieran beneficiar de ellos (como los ciegos) y a aquellos pacientes con esta enfermedad metabólica que, además, estuvieran afectados por alguna discapacidad psíquica que les obligara a precisar la ayuda de un cuidador.

El Servei de Salut calcula que en todo el archipiélago habrá unas 65.000 personas con diabetes de las que unas 3.000 padecerían la de tipo I cuyos pacientes precisan de inyectarse insulina para sobrevivir.

Unos 1.400 beneficiarios

Y cuando se puso en marcha la nueva prestación calculó asimismo que unos 1.400 diabéticos podrían beneficiarse y tener mejor controlada la enfermedad con estos nuevos medidores conocidos técnicamente como sistema flash de monitorización de glucosa.

El Servei de Salut prevé la adquisición de 26 sensores por paciente y año habida cuenta que la vida útil de los mismos es, como ya se ha mencionado, de 14 días.

La ventaja de estos nuevos medidores radica en que, sin tener que pincharse los dedos para obtener una gota de sangre con la que impregnar una tira reactiva que más tarde ha de introducirse en el aparato medidor, permiten realizarse cuántos controles glucémicos el paciente desee con el simple gesto de pasar el aparato medidor sobre el sensor implantado en su antebrazo.

De esta manera, los enfermos podrán saber con más exactitud cómo funciona su cuerpo en determinadas situaciones (por ejemplo, cuando estén realizando alguna actividad deportiva), lo que les permitirá anticipar y, prever, tanto bajadas como subidas de sus niveles de azúcar.

A diferencia de los aparatos tradicionales, el sistema flash de monitorización de la glucosa mide el grado de azúcar del tejido intersticial (espacio entre las células).

Aunque se ha comenzado dejando en manos de los profesionales de los servicios de Endocrinología de los centros hospitalarios la competencia de prescribirlos previo acuerdo con el paciente, desde el Servei de Salut matizaron que no se descarta que en un futuro los PACs de Atención Primaria también los dispensen.

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