P ¿Mientras haya prostituidores (clientes) habrá prostitución?

R Efectivamente. Hay una clara relación entre la demanda y la aparición de nuevas ofertas. Hay un motor especialmente activo para generar nueva demanda que es internet, y la pornografía en la red está haciendo aparecer clientes de prostitución que en cualquier otra circunstancia no se habrían identificado como tales. ¿Los motivos que les llevan a serlo? En buena parte, la miseria sexual que conservamos, es decir, la imposibilidad de tener relaciones sexuales satisfactorias y abiertas en nuestras relaciones interpersonales. Hace años se pensó que se iba a reducir la cifra de prostituidores gracias a la mayor facilidad para establecer relaciones libres a través de la red, pero lo que se ha visto es que internet, mediante la pornografía, también genera nuevos demandantes, y además para prácticas de elevado riesgo o de un tipo que habitualmente no tendrán en sus relaciones interpersonales normalizadas. Los nuevos estudios epidemiológicos sobre consumo vuelven a informar de incrementos.

P ¿Cuál es el perfil del prostituidor? ¿Hay diferencias entre el local y el que llega a las islas de la mano del turismo?

R Hay mucha especulación porque hay estudios muy parciales. Cualquier clase social y de cualquier edad es cliente potencial. Lo que sí sabemos es que en todos los lugares en los que hay mucho movimiento de población se concentra oferta de prostitución, por lo que Balears es una zona especialmente importante en esta materia. Con internet esto se ha incrementado. Algo que hemos identificado muy bien en Calvià es que hay ofertas en la red que saben que sus clientes serán turistas.

P ¿Hay estudios sobre los proxenetas?

R Sí. Es un perfil muy diverso, y sabemos que el proxeneta individual o de un pequeño grupo semimafioso es muy frecuente. Sin embargo, también hay grandes organizaciones internacionales que juegan un papel muy importante, algunas encubiertas a través de actividades legales. Se han detectado redes que están presentes en Balears. En las islas no hay solo pequeña oferta en pisos, sino organizaciones que mueven a mujeres internacionalmente.

P El tercer pilar de esta actividad lo forman las prostitutas y sobre él sí han hecho más estudios.

R Cambia constantemente, pero desde hace varios años sabemos que en las islas hay entre 2.000 y 2.500 mujeres dedicadas a este sector, con un núcleo permanente más reducido de entre 500 y 700. Evidentemente, los picos se dan en verano, porque más de la mitad de los demandantes son personas que vienen del exterior.

P ¿Los motivos que llevan a una mujer a prostituirse son siempre la precariedad económica?

R Claramente están vinculados a las dificultades económicas en la inmensa mayoría de los casos. Hay un grupo muy pequeño, que no pasa del 5% o del 7%, que puede vincularse a prostitución de lujo. Pero la precariedad es la causa principal, y hay un porcentaje de trata muy importante. Por eso sabemos que hay algo que se puede hacer en el caso de la prostitución, como es intentar que no sea necesario entrar. Primero mejorando la formación para que haya relaciones interpersonales más libres y se reduzca la demanda, pero por otro lado ofreciendo rentas sociales que garanticen que no es necesario entrar en esta actividad para acceder a recursos económicos.

P ¿Por qué cuando se habla de prostitución se señala principalmente a mujeres, con algunos casos de transexuales, y muy pocos de hombres?

R Tiene que ver con la demanda, que es fundamentalmente masculina. La demanda femenina es muy minoritaria. La mujer tiene una sexualidad diferente, y no busca esa relación de dominio, más patriarcal.

P ¿La crisis ha elevado la vulnerabilidad de las prostitutas, con el cierre de clubes y el traslado a viviendas particulares?

R Por supuesto, las ha vuelto mucho más vulnerables. Ahora la calle también es residual. El porcentaje más importante, con muchísima diferencia, está en pisos, porque también ha cambiado el sistema de contacto, que ahora está en internet. Ya no se necesita estar en un lugar público, sea un club o la calle. Les genera menos problemas de orden público y hay menos persecución, pero las hace mucho más vulnerables, porque en un piso privado si alguien te pega una paliza y te exigen trabajar para ellos, muchas veces no tienes ayudas. Tradicionalmente, cuando estaban en barrios chinos, una de las ventajas era que había comunidad y una cultura de apoyo entre ellas. En Palma

P ¿La crisis las ha llevado a aceptar más prácticas de riesgo?

R Claramente. Durante dos años estudiamos cómo afectaba la crisis a las mujeres mayores de 45 años, y muchas que no habían estado nunca en la prostitución se habían visto obligadas a entrar. También ha pasado entre las jóvenes. Y como es un mundo muy competitivo, aparecen las prácticas de riesgo, que además se ven potenciadas por la pornografía.

P ¿Crece la cifra de menores que se dedican a la prostitución?

R Efectivamente, entre otras cosas porque crece la posibilidad a través de internet de acceder a la prostitución con menores, porque se mantiene un nivel importante de precariedad entre esas jóvenes y también porque socialmente se están diluyendo los valores éticos, lo que pone en crisis los límites de edad claros. Por ejemplo, cuando se entrevista a gente que ha entrado en este mundo tras ser detenida, el argumento que usan es preguntar por qué 18 años sí y 17 no. Solo empezar a hablar de eso supone que el límite moral no existe. Es un problema muy serio. Pero además, en la calle es muy fácil y hay canales de inducción a lo que podemos denominar una cuasi prostitución, que es un acceso sutil a chicas con pocos recursos y con un perfil de dificultades educativas añadido, con poco control parental. Son fácilmente inducidas a prácticas como felaciones a cambio de poco dinero. Hay estilos de afrontamiento que hacen que se pueda entrar en este mundo, como pensar "si no lo hago yo lo haría otra", "yo lo necesito más", "al fin y al cabo lo hago gratis con otro chico, por qué no lo voy a cobrar"... esas justificaciones psicológicas son frecuentes. También están los demandantes, gente dispuesta a hacerlo sabiendo que es una menor. Un punto debe de quedar claro: en la mayoría de los casos, estos prostituidores saben que están con una mujer que es objeto de trata o cuando es una menor, y lo hacen porque tienen la oportunidad.

P ¿La captación de menores por internet funciona?

R Claramente, a través de redes sociales. Lo hemos visto en Balears. Y están apareciendo algunas para hacer quedadas de adolescentes en las que 'meterse mano' en lugares como la Plaza de España, por ejemplo. No es prostitución, pero favorece la cuasi prostitución. Eso facilita el argumento de "¿si lo hago con cualquiera, por qué no lo voy a hacer cobrando?". Y no tienen conciencia de que están entrando en ese mundo.

P ¿La prostitución debe de ser ilegal, alegal o legal?

R La tendencia dominante es el abolicionismo. ¿Por qué en el siglo XXI debemos mantener ese tipo de relaciones de dominio, que convierten en mercancía a otras personas? Ninguna religión defenderá la prostitución. Las relaciones sexuales deberían ser libres, igualitarias y consentidas. Cualquier partido político que se olvide de esto, tendrá que asumir sus responsabilidades. ¿Qué ha pasado cuando se ha legalizado? Aumenta la prostitución infantil porque desaparecen los límites; aumentan las prácticas de riesgo, como violencia o cosas que formaban parte del mundo del sadomasoquismo; y las migrantes ilegales que la ejercen pasan a una situación aun más precaria.

P Diario de Mallorca va a suprimir los anuncios de prostitución

R Es un cambio importante para no dar más voces a los proxenetas y evitar los canales de acceso a los prostituidores. Pero por desgracia sigue siendo muy fácil acceder a las ofertas a través de internet.

P ¿Qué explica fenómenos como el de La Manada?

R Violencia en grupo ha habido casi siempre, pero el patrón de la violación era individual. Eso está cambiando. Crecen las agresiones sexuales en grupo, y está pasando en todo el mundo de manera cada vez más importante. Uno de los activadores es la pornografía por internet, en la que se está naturalizando el sexo violento en grupo, la violación, porque no tiene otro nombre. Cualquier chaval puede ver miles de violaciones por internet, y además lo verá de manera legal. No olvidemos que la pornografía es un negocio que supera el de las drogas o el de la venta de armas, y activa prácticas sexuales que eran absolutamente minoritarias, que venían del sadomasoquismo, como la asfixia; que eran delincuencia clara, como las violaciones en grupo; y la normalización de prácticas de riesgo. Un ejemplo es que un defensor de La Manada alegó que no se trataba de una agresión sexual, sino que lo sucedido se podía considerar una película porno.

P ¿La educación sexual de los jóvenes se sustenta en lo que ven por internet?

R Sin duda. Hasta el punto de que un 23% de los españoles afirma que forzar a la pareja para tener sexo no es violencia.

P ¿Qué papel juegan los padres para esa formación en un mundo laboral intensivo y que deja poco espacio para la conciliación?

R Tiene que ver con la formación para las relaciones interpersonales, con la educación afectivosexual. Creemos que debe llegar a los centros educativos, pero también con los padres. Las familias deberían tener una educación para las relaciones, para saber comunicarse mejor, de manera normalizada en los centros educativos. Se debe de integrar a toda la familia. Y no es necesario dedicar muchísimo tiempo, lo que hace falta es que estemos de acuerdo en lo que es importante.

P ¿Internet potencia otras prácticas de riesgo entre los jóvenes?

R Internet tiene muchas virtudes, pero también es el gran desorganizador. Una es el aumento de la ludopatía entre los menores, a un nivel tan grave que no nos hacemos una idea del impacto que va a tener en el medio plazo. También crece la conducta sexual violenta, y aumentan las prácticas violentas no vinculadas al sexo, con casos de maltrato a otros menores que además se difunden en imágenes mediante videos con agresiones cada vez más graves o de humillaciones. Hay un cuarto elemento, como la incitación a prácticas que limitan con la salud mental, como la anorexia o el suicidio.

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