La conselleria de Medio Ambiente quiso conmemorar ayer el Día Internacional del Agua con una jornada de puertas abiertas para poder visitar las ocho desaladoras que están en funcionamiento en Balears. En particular Mallorca cuenta con tres de estas instalaciones; Eivissa también dispone de tres, mientras que Menorca y Formentera disponen de una única desaladora.

Precisamente con motivo de este acto especial dedicado al agua, el conseller de Medio Ambiente, Vicenç Vidal, realizó ayer una visita a la desaladora de Palma, que es la instalación más grande de la isla. Se trata de una instalación que se inauguró en el año 1999, coincidiendo con un gran año de sequía, y desde entonces suministra agua a las empresas distribuidoras, que después se encargan de tratarla añadiendo minerales para más tarde trasladarla a sus clientes.

El conseller recordó que el agua sigue siendo un producto muy escaso en Mallorca, por lo que se debe realizar una política muy seria para su gestión para evitar que se puedan producir cortes, al tiempo que se debe garantizar el suministro a la población. “El agua es clave para nuestra sociedad, por lo que tenemos que realizar un consumo responsable”, señaló Vidal en su visita a la desaladora ubicada en la carretera de Manacor.

Vidal explicó que la Conselleria que dirige ha apostado esta legislatura por mantener en funcionamiento durante todo el año las tres desaladoras de Mallorca. Es decir, el funcionamiento no depende de si durante el año llueve más o menos, con lo que se asegura un suministro constante a la población. El abastecimiento que genera la instalación, que no siempre es la misma, depende de la demanda. Lógicamente, en los meses de verano, cuando hay más turistas y residentes, la capacidad de desalar agua aumenta y, al contrario, en invierno disminuye.

Desaladora palmesana

En el momento en el que fue construida la desaladora de Palma era la más moderna del mundo. Ahora otras instalaciones la han superado, pero la maquinaria con la que cuenta es más que suficiente con las necesidades de la isla. Tiene una capacidad de producir 68.000 metros cúbicos de agua al día, apto para asegurar el suministro. La desaladora de Palma coge el agua salada del mar desde la estación de Sant Joan de Déu, en la zona de Cala Gamba, a una profundidad donde ya está filtrada y en la que no aparece la suciedad propia que generan las corrientes. A través de un complicado sistema de tratamiento, se separa la sal del agua del mar y se consigue un agua pura, es decir, de laboratorio, que todavía no es adecuada para el consumo humano.

Este agua depurada se facilita a las distintas empresas suministradoras, que introducen los minerales adecuados para adecuar el producto al consumo humano.

Suministro garantizado

El conseller apuntó que, en el caso de Palma, donde el agua se facilita a la empresa Emaya, el consumo de este próximo verano, si se confirma las previsiones de que lloverá poco, está garantizado. Sin embargo, no quiso realizar esta afirmación sobre el suministro que proporcionan otras empresas, que no dependen del Govern.

Vidal consideró que lo más apropiado en la política de agua es que las desaladoras no solo funcionen durante las épocas de sequía. El Ejecutivo balear las utiliza durante todo el año, con lo que se evita que se coja agua en exceso de los acuíferos.

En este sentido, el conseller explicó que no tiene tanta importancia el nivel de los embalses, ya que la mayor parte del agua que se consume en Mallorca procede, precisamente, de los acuíferos subterráneos. Recordó que hace unos años se consiguió secar el acuífero de Campos, que no podrá recuperarse hasta dentro de unos 30 años.

“Si producimos más agua de las desaladoras no tenemos que cogerla después de los acuíferos, y así conseguimos que no se sequen”, señaló Vidal. Destacó también que el funcionamiento continuo de las tres desaladoras (Palma, Alcúdia y Andratx), que están conectadas entre si, permite suministrar agua a cualquier localidad de la isla. Sin embargo, Vidal recordó que el consumo eléctrico que generan estas instalaciones sigue siendo muy alto, sobre todo la de Palma, que es la más grande de las tres. El conseller apostó por continuar tomando medidas adecuadas para evitar el consumo exagerado del agua.