Si un avión de Ryanair que vuela de Londres aterriza en Palma con un pasajero ebrio, la jurisdicción sobre él no recae en Reino Unido, ni en España, sino en aquel país en el que la aeronave esté registrada, en este caso Irlanda. Ni la Policía ni la Guardia Civil podrían actuar. No tienen jurisdicción. Esta situación podría acabarse de entrar en vigor de una vez por todas el Protocolo de Montreal de 2014, que regula que los agentes de los lugares de destino puedan intervenir. "Pero para que entre en vigor deben ratificarlo 22 países y de momento solo lo han aprobado 19", explica Toni Vicenç, subdirector del Centre Balears Europa (CBE), quien hoy ha participado en Bruselas en la ponencia 'Viajes responsables', una continuación de la cumbre internacional celebrada el pasado 13 de febrero en Palma para abordar el turismo de borrachera.

El protocolo de Montreal ha sido uno de los asuntos abordados en la jornada europea, una medida que "concatenada con otras podría ayudar a solucionar" el problema de la venta de alcohol en vuelos y aeropuertos, según Vicenç, quien ha lamentado que "España todavía está en proceso de aprobarlo". En este sentido, ha recordado que sin embargo aunque esta iniciativa entrara en vigor, solo podría aplicarse entre los países firmantes, ya que su mera ratificación no supone "que sea universal". Sin embargo, aprobarlo supondría realizar cambios en la legislación en los países, por lo que se convierte "en su última prioridad", ha apuntadoVicenç.

En las conferencias, donde ha habido representación también de la Comisión Europea y la Dirección General de Salud, se han puesto de relieve los problemas detectados en la cumbre palmesana y las posibles soluciones. "La falta de intercomunicación de los datos de los diferentes actores, la falta de una visión holística del problema, la falta de conexión de las distintas administraciones y los déficits en políticas de prevención", ha resumido el subdirector del Centre Balears Europa, quien ha resaltado la importancia de un cambio de modelo desde la perspectiva de la educación: "Si no, las multas al final no sirven de nada" ha abundado.

Asimismo, ha defendido la labor que viene desempeñando este grupo de trabajo de cara al cambio de la Comisión Europea que actualmente preside Jean-Claude Juncker, cuyo mandato concluye en octubre. "La nueva comisión aprobará por primera vez una estrategia de turismo a nivel europeo en 2020", ha destacado. Para entonces este grupo de trabajo tendrá los deberes hechos: se habrá "creado posicionamiento". "Nosotros tendremos nuestras posiciones claras y nuestra voz podrá ser escuchada", ha defendido el subdirector del CBE, que ha sintetizado el trabajo de estas ponencias: trabajar de manera multisectoral, transversal, ejercer de masa crítica y poner encima de la mesa soluciones a los problemas que provoca el alcohol en vuelos y destinos turísticos.