La magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB) Felisa Vidal ha citado, en calidad de investigados y para el próximo 8 de abril, al juez Miquel Florit y al fiscal anticorrupción Juan Carrau por la querella de Diario de Mallorca y Europa Press contra ambos, tras los autos de control de las llamadas de los periodistas Kiko Mestre y Blanca Pou y el auto del 11 de diciembre de requisa de los móviles y registro de los lugares de trabajo de ambos informadores.

Florit y Carrau están acusados de los presuntos delitos de prevaricación judicial, contra la inviolabilidad del domicilio, interceptación ilegal de comunicaciones, y contra el libre ejercicio del derecho a la información en su vertiente del secreto profesional.

Vidal también ha citado a Kiko Mestre y Blanca Pou para que comparezcan como testigos el 15 abril, mañana en la que también está emplazado uno de los dos inspectores que están investigando un presunto delito de revelación de secretos de la instrucción del caso Cursach. En esta causa, el juez Florit, con informes favorables de Carrau, dictó entre septiembre y diciembre del año pasado varias resoluciones para controlar las llamadas telefónicas de los dos redactores de tribunales, requisar sus teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos y registrar sus puestos de trabajo. Florit y Carrau buscaban pruebas de una supuesta filtración de un informe del Grupo de Blanqueo de Capitales, la unidad que ha investigado al magnate de la noche Bartolomé Cursach. Poco después del auto del 11 de diciembre, dos agentes del Grupo de Blanqueo de Capitales fueron detenidos acusados de un presunto delito continuo de revelación de secretos.

Según la querella, dichos autos supusieron la vulneración de varios derechos fundamentales de los periodistas y de sus empresas, entre ellos el secreto profesional de los informadores, algo que niega la fiscalía superior de Baleares.