El campo mallorquín está viviendo una auténtica avalancha de construcción, especialmente de chalets y casas de campo. Prueba de ello es que en los dos últimos años el Consell de Mallorca, institución que tiene la última palabra en suelo rústico de la isla, ha concedido 1.114 licencias de construcción de nuevos chalets en el campo, un incremento muy significativo si tenemos en cuenta que en los años 2015 y 2016 únicamente se concedieron 355 licencias. Estas cifras suponen que la construcción en el campo de Mallorca en los últimos dos años ha ha multiplicado por tres la del bienio anterior. El director insular de Urbanismo, Joan Morey, apunta tres razones por esta avalancha: la recuperación económica, el temor de los propietarios a cambios de normativa urbanística y el auge del alquiler turístico.
Las localidades que copan las licencias de construcción en suelo rústico concedidas por el Consell de Mallorca son las de las comarcas del Migjorn y del Llevant de Mallorca, seguramente las zonas donde menos se había construido en el campo en las últimas décadas. Este es el caso de municipios como Campos, Felanitx, Santanyí, Manacor, Sant Llorenç y FelanitxSantanyíManacorses Salines. Hay que tener en cuenta que la Serra de Tramuntana y zonas como Artà y Pollença tienen gran parte de su territorio protegido por la Ley de Espacios Naturales (LEN).
Uno de los temores de los propietarios es que los partidos de izquierdas puedan elevar la parcela mínima para construir en rústico. En estos momentos está en 14.000 metros para poder edificar un chalet, pero ha habido rumores y propuestas que podría pasar a 20 o 25.0000 metros cuadrados. Por este motivo, muchos propietarios de parcelas de 14.000 metros se han apresurado a solicitar la licencia de construcción, ya que si las administraciones deciden elevar la parcela mínima deberán respetar las licencias ya concedidas.
En este sentido, Joan Morey, explicó que "pese a que la consellera insular de Territorio, Mercedes Garrido, ha dicho en infinidad de ocasiones que la parcela mínima para construir en rústico no se tocaría, siempre hay gente que tiene el temor". De igual modo, el director insular de Urbanismo habló de las diferentes normativas que también tienen incidencia: "La Ley de Urbanismo, que exige unos mínimos de eficiencia energética, también tienen incidencia y han levantado temor infundado entre los propietarios. Sin olvidar la zonificación y el Plan Integral del Alquiler Turístico (PIAT)", indicó Joan Morey.
Hay que tener en cuenta que para poder destinar un chalet al alquiler turístico, un negocio en pleno apogeo en Mallorca, es imprescindible contar con infraestructuras como es el caso de piscinas y otros equipamientos que toda la normativa antes mencionada restringe de forma importante. Ante esta situación, los propietarios de parcelas en las que se puede levantar un chalet en el campo, quieren aprovecharse del negocio del alquiler turístico y también han acelerado sus licencias para evitar restricciones.
Piden créditos para la licencia
Llorenç Galmés, alcalde de Santanyí, uno de los municipios con mayor número de licencias, y candidato al PP a la presidencia del Consell aseguró que "en Santanyí hay mucha gente que está pidiendo créditos y se está endeudando para poder realizar el proyecto y solicitar la licencia". "Tienen miedo -añadió Galmés- de que su propiedad pierda todo el valor si los partidos de izquierdas aumentan la licencia mínima para construir en suelo rústico. También existe toda una serie de normas que ha puesto en marcha el Govern y el Consell durante esta legislatura que restringen la construcción en el campo de Mallorca, como por ejemplo la Ley de Cambio Climático que impone condiciones energéticas estrictas".
Galmés anunció que si el PP gobierna en el Consell a partir del 26 de mayo "vamos a cambiar la zonificación del alquiler turístico, ya que no es de recibo que califiquen de núcleos saturados a es Llombars o ses Salines como si fuera Magaluf. El alquiler turístico es muy importante para la economía de los municipios y la mayoría de propietarios destina su segunda residencia a esta actividad".
Por su parte, el director insular de Urbanismo, Joan Morey, aseguró que por las cifras que manejan en el Consell de Mallorca sobre las licencias de construcción en rústico concedidas en los tres primeros meses de 2019, la tendencia es similar a la del año pasado, con lo que no auguran un incremento con respecto a 2018.
Morey también consideró que la recuperación económica ha sido un factor clave, ya que muchas familias deciden poner en marcha su proyecto de casa de campo en tiempos de bonanza. Si analizamos los bienios anteriores, en el gráfico que acompaña a estas líneas, podemos observar como en 2013 y 2014 se concedieron 233 licencias para levantar chalets en suelo rústico. En el periodo comprendido entre 2015 y 2016 llegaron a las 355 y se ha disparado en el bienio de 2017 y 2018 alcanzando las 1.114 licencias. Si observamos estas tendencias, es cierto que en 2013 y 2014 todavía estábamos sumidos en los efectos de la galopante crisis económica que provocó despidos en muchas empresas, recortes de servicios y un retroceso en las inversiones. A partir de 2016 esta tendencia cambió con la bonanza económica. Todo ello coincide con el aumento de solicitud de licencias para edificar chalets en el suelo rústico de Mallorca.
Redes eléctricas también suben
El Consell de Mallorca, además de las licencias de construcción en suelo rústico, también debe dar los permiso para las redes eléctricas. Se trata de los tendidos necesarios para hacer llegar la electricidad a determinados puntos en pleno campo. Las redes eléctricas, por consiguiente, constituyen un barómetro fiable para advertir de la futura construcción de chalets, ya que los inmuebles necesitan electricidad.
Por este motivo, también se observa en el número de autorizaciones de redes eléctricas un notable aumento. En 2017 y 2018 se concedieron 264 licencias para tendidos eléctricos, la mayoría de ellos suministran electricidad a varias casas de campos o parcelas cercanas donde se permite edificar un chalet.
En el bienio de 2015 y 2016 el Consell de Mallorca autorizó solo 153 instalaciones eléctricas en el suelo rústico, más de 100 menos que en los dos últimos años. Por su parte, si nos remontamos a los años 2013 y 2014 advertimos como las autorizaciones para llevar la electricidad a chalets en el campo fue de 150, solo tres menos que en los dos años siguientes. Es curioso comprobar como los incrementos de redes eléctricas, que también necesitan la autorización del Consell, van en consonancia con el aumento de construcción en suelo rústico.
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