—Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Por qué edificio será recordado?"

—Con la perspectiva de cincuenta años de profesión, puedo ser recordado por varios. El Parc de la Mar con el estudio Zócalo, el Gran Hotel, la Distribuidora Rotger y el Aeropuerto con el que no estás muy de acuerdo, pero yo sí.

—¿Es el arquitecto de cámara del PSOE?

—No he sido nunca del PSOE, otra cosa es la amistad con Felipe González. Fui del PSUC, detenido, represaliado, interrogado por los hermanos Creix en Layetana, con la prohibición de volver a estudiar en Barcelona. Medité que hubiera acabado mal personalmente en política y que me iría mejor profesionalmente. Acerté.

—Estamos en el Palacio de Congresos

—No. Salí en defensa del edificio aunque no tengo el gusto de conocer a Patxi Mangado, y creo que muchas de las críticas que ha recibido iban destinadas a la arquitectura moderna. Solo falta una explanada ajardinada que lo ponga en contacto con el mar, soterrando la carretera.

—Un arquitecto quiere construir, es un constructor.

—No, da forma a un encargo. Es un intelectual creador, con un trabajo que te permite hacer pedagogía. La Arquitectura actual es mejor que hace cuarenta años.

—Pero se trata de construir cuanto más, mejor.

—He sido un arquitecto comercial, me encargan obras que se venden. Sin embargo, no dejo que se invada mi terreno. Si se me quiere imponer algo desde la ignorancia, renuncio a la obra. En mi despacho he escuchado a menudo que "sobre gustos no hay nada escrito", y entonces le señalo al cliente hacia mi espalda, donde están los libros.

—Luminoso, diáfano, blanco,... ¿y qué más?

—Has definido lo que hago en cuatro trazos. Con el paso del tiempo, se ha ido imponiendo. La cultura se vulgariza, lo digo en sentido positivo. Con las series americanas, vemos popularizado este estilo en las casas californianas.

—Siempre habla de derribar, ponga nombres.

—S'Arenal, Cala Mayor, Calvià. No me hagas ser más concreto, no quiero que se empreñen. Y como dirán que "claro, como él tiene una buena casa", recuerdo que hay que compensar bien a los propietarios. Los errores del pasado se han de derribar mientras crecemos.

—Por su culpa me peleé con Richard Rogers.

—Ahí es donde tú y yo discutimos. Escribiste que a Rogers no le gustaba Son Sant Joan, y él me envió una carta señalando lo contrario. ¿Por qué no te gusta el Aeropuerto?

—Porque es inhóspito, amurallado.

—Tuve un presupuesto de 120 millones con un sobrecoste de solo el cinco por ciento. La T4 de Barajas costó seis mil millones, tres mil el aeropuerto de Barcelona. Por tanto, tuve que poner menos ventanas.

—¿Qué le disgusta de su aeropuerto?

—Me hubiera gustado tener más presupuesto, como ocurrió en el Gran Hotel cuando La Caixa decide que albergue la colección de Anglada Camarasa. Hice Son Sant Joan con poco dinero y un resultado digno.

—Escarrer y Fluxá se han traído arquitectos de fuera.

—También el extraordinario Hotel de Mar se encarga a Coderch. La casa de Escarrer en Son Vida la hace Bohigas, que es un gran arquitecto.

—¿Oriol Bohigas es mejor que usted?

—Bohigas es mejor que yo, no quiero ser más de lo que soy, un arquitecto local. Siempre son buenas estas obras de primeras figuras, porque colocan a Mallorca en la historia.

—Tiene fama de caro.

—Qué va, pregunta a mis clientes. Puedo presumir de no ser caprichoso, ya hemos hablado del Aeropuerto y el precio del edificio de Palmaplanas tampoco se incrementó. Hay que estar al tanto del coste.

—¿Felipe González es su amigo?

—¿Lo eres tú? No tengo muchos amigos. Tuve el honor de alojar en mi casa de Andratx y de ver de cerca a un personaje capital de la historia de Europa, después de que Alfonso Guerra le ofreciera buenas referencias.

—González no era muy exigente gastronómicamente.

—Cocina él. Montamos dos cenas de grupo, y cocinó en ambas ocasiones. Le encanta, a mí no.

—¿Vive en su casa?

—Sí, muy a gusto. Es más difícil hacer tu casa que la de otros, porque tienes una autocensura que sale del bolsillo.

—El Parc de la Mar y son Sant Joan quedan muy atrás.

—No tengo nostalgia, soy feliz porque siempre he hecho lo que he creído y mi trabajo me ha proyectado en nuestra sociedad. No hubiera alcanzado esta resonancia con aquel camino que solo me ocasionaba problemas, porque soy demasiado purista y eso es un error en política.

CONTENIDO_RELACIONADO

  • "Dicen que el aeropuerto es faraónico, pero no te cuento lo que era la Seu cuando se hizo"

FIN_CONTENIDO_RELACIONADO