El servicio de Angiología y Cirugía Vascular del hospìtal de Son Espases trata al año más de cincuenta pacientes que presentan patología isquémica por enfermedad en la carótida extracraneal, responsable de provocar entre el 20 % y el 30 % de los ictus (infartos cerebrales).

Las técnicas aplicadas son la cirugía abierta o la implantación de stents (introducción de un muelle expansivo dentro de la arteria afectada) con el fin de restablecer el flujo sanguíneo hacia el cerebro y prevenir las consecuencias de las enfermedades cardiovasculares que lo afectan.

La patología cerebrovascular supone la segunda causa de muerte y la primera de incapacidad en el primer mundo, lo que pone de manifiesto la necesidad de avanzar en este campo. La incidencia en la población es muy alta y en el grupo de mayores de 70 años se sitúa en torno a los 1.800 casos por cada 100.000 habitantes y año. De hecho, es la segunda causa de mortalidad en la población general y la primera entre las mujeres.

En los últimos años, el tratamiento de la patología carotídea ha evolucionado de forma muy notable, lo que ha permitido reducir drásticamente las consecuencias en los pacientes que presentan una estenosis carotídea (estrechamiento por la formación de placas de colesterol en las arterias que llevan la sangre a la cabeza, especialmente al cerebro).

El Servicio de Angiología y Cirugía Vascular de Son Espases ha organizado un curso sobre la patología carotídea orientado a profundizar en el trato de la enfermedad isquémica extracraneal (estenosis y oclusión de las arterias que irrigan el sistema nervioso). Así se pretende ampliar el conocimiento de los participantes por medio de debates, coloquios, presentación de actualizaciones y los últimos avances en este campo.

En cuanto a la práctica, se aplican dos técnicas: la primera consiste en prácticas anatómicas con dummies (modelos utilizados habitualmente para analizar los daños en los accidentes de tráfico), que representan con mucha fidelidad la anatomía humana, concretamente la del cuello, incluyendo todas sus estructuras vasculares y nerviosas. Esta práctica simula casos en que el paciente presenta una lesión carotídea que requiere una intervención quirúrgica abierta. Por ello, el alumno debe llevar a cabo la reparación quirúrgica de la lesión carotídea de la misma forma como lo haría en un quirófano.

La otra técnica consiste en localizar la lesión carotídea con catéteres y balones con el fin de tratarla posteriormente tal como se haría con un paciente en una sala de angiografia. Para aplicar esta técnica se utilizan simuladores digitales, que son ordenadores muy precisos que reproducen con gran exactitud la anatomía del interior de los vasos sanguíneos.