La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil investiga si el expresident de la Generalitat valenciana y ex ministro de Trabajo en un Gobierno del PP, Eduardo Zaplana, blanqueó más de un millón de euros con la compra de un inmueble en Maó, según consta en un informe remitido al juzgado valenciano que investiga el caso Erial, el presunto cobro de comisiones por el político de las concesionarias de ITV y parques eólicos.

Zaplana es sospechoso, según la fiscalía anticorrupción, de apoderarse de unos 10,5 millones procedentes del cobro de sobornos. Los investigadores del caso Erial rastrean los movimientos de ese dinero y su paradero. Una de las medidas adoptadas por el juzgado ha sido el bloqueo en Suiza de cuentas corrientes a nombres de supuestos testaferros de Zaplana y con unos saldos de 6,7 millones de euros. Zaplana ha negado tener cuentas y depósitos en el extranjero y se desmarca de esa fortuna.

El exministro asegura que todo su patrimonio tiene un origen lícito. Por el contrario, su antiguo abogado y asesor, el uruguayo Fernando Belhot, ha suscrito un pacto con anticorrupción y está desvelando numerosos detalles sobre la presunta trama, donde también figura como imputado el exdirector general de la Policía Juan Cotino.

La jueza de instrucción 8 de Valencia ha imputado a María Zaplana, hija del político, y su marido Luis Iglesias. La pista que ha llevado a la imputación del matrimonio es el abono del alquiler de la casa de Valencia donde vivió durante tres años Eduardo Zaplana. Los investigadores están encontrando un verdadero filón conforme van tirando del hilo en sus indagaciones sobre el patrimonio del exministro de Trabajo y su entorno. Las pesquisas sobre el origen del dinero del alquiler de dicha vivienda han revelado la existencia de movimientos económicos millonarios de su yerno, con entradas de fondos procedentes de Suiza, de Holanda y de uno de los territorios offshore de los Países Bajos, Curaçao.

La UCO, con ayuda de la Agencia Tributaria, ha rastreado los movimientos de una cuenta que Luis Iglesias tenía abierta en el Banco de Sabadell y ha detectado dos operaciones sospechosas: el ingreso de 2,2 millones de euros en divisas procedentes de Suiza, parte de los cuales habrían servido para pagar los gastos de alquiler de Eduardo Zaplana, y un segundo ingreso de 1,4 millones de euros de Holanda y de la isla de Curaçao.

Después de esos ingresos el empresario ha realizado operaciones inmobiliarias, entre ellas la compra de una finca en Maó por un valor de 1,25 millones de euros, que registró en gananaciales junto a su esposa.

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