Más de 500 personas se han manifestado en las calles de Palma de Mallorca este viernes en la lucha contra el cambio climático, sumándose a la movilización global que ha concentrado asistentes en más de 1.000 ciudades del mundo y 50 en España. La convocatoria ha congregado a un gran número de personas, en especial jóvenes, que clamaban contra la inacción de la clase política y de los ciudadanos, que no están haciendo nada para combatir el aumento de temperatura global, con las consecuencias fatales que tendría para el planeta.

'No hay un planeta B', 'Necesitamos un turismo sostenible' o 'En 80 años, Mallorca será un desierto' son solo algunas de las proclamas que gritaban los participantes en la manifestación, calificada por "exitosa" por Martina Dono, una de las organizadoras de la convocatoria e integrante de EcoUIB. "Hemos tenido muy poco tiempo para reunir al máximo de gente posible pero estamos muy contentas de haber reunido a tantas personas" afirma, mientras cientos de personas a su espalda no dejan de cantar que otro mundo es posible. Paula Gomila, otra integrante del mismo colectivo, también se centra en las reivindicaciones específicas que quieren conseguir en las Baleares; cumplimiento del acuerdo de Paris de 2015, electrificación de la red de transporte, apostar por un turismo sostenible,€ tener un futuro.

El nerviosismo que se percibe en el ambiente previo a la manifestación es palpable, pero conforme se acerca la hora crítica (12h) la conocida plaza del tubo va llenándose de gente, mayoritariamente jóvenes, que preparan pancartas, proclamas y revisan el mensaje que quieren trasladar. No parece que tengan mucha experiencia en estos lares pero sí hay una idea muy clara y poderosa que motiva la movilización y da confianza a sus jóvenes participantes: "¡Se han de hacer cosas ya! ¡Hemos de actuar o no tendremos futuro!", mensajes que destilan una llamada a la acción directa pero en el que se puede percibir una crítica a las generaciones anteriores que no han hecho nada para resolver este problema.

Este espíritu crítico y la voluntad de cambio, germen del movimiento "Fridays for Future" que ha patrocinado esta manifestación y el resto en más del mil ciudades de todo el mundo, tiene un origen muy concreto; la convicción de Greta Thunberg, una adolescente sueca que pronunció un discurso en la cumbre del clima de Katowice que se hizo viral casi al instante. Greta, una niña que padece asperger y mutismo selectivo, solo habla cuando cree que es necesario hacerlo, inició hace años un movimiento individual que le llevó a manifestarse delante del Parlamento sueco cada viernes para concienciar a la sociedad, y en especial a la clase política, sobre la necesidad de actuar de inmediato contra los efectos del cambio climático. Su idea, rápidamente aceptada, siempre ha sido que no tiene sentido estudiar para el futuro si no podemos asegurar que exista dicho futuro, y que la importancia real es la de actuar inmediatamente contra la dejadez humana que no garantiza a nuestros jóvenes su futuro.

A la manifetsación han acudido representantes políticos de las Baleares, como el director insular de Joventut, Àlex Segura; el director general d'Energia i Canvi Climàtic, Ferran Rosa; la regidora de Ecología de Cort, Neus Truyol, junto con el conseller de Medio Ambiente, Vicenç Vidal.

Bajo la mirada de algunos turistas y ciudadanos palmesanos que observaban sorprendidos la actividad, la comitiva se ha dirigido a Delegación de Gobierno, lugar en el que han leído un manifiesto que deja a las claras la "insostenibilidad del modelo turístico imperante, que hace que nos encontremos en una situación de emergencia mundial y autonómica en la que las élites económicas y gubernamentales no están dispuestas a llevar a cabo las acciones necesarias para paliar los efectos de la crisis ecológica existente". En especial, han destacado que si exportásemos el modelo turístico de las Baleares a todo el mundo, harían falta 5,7 planetas para mantenerlo. El punto de no retorno se prevé (por la ONU) que sea en 2030, por lo que se urge a que se tomen medidas concretas y urgentes al respecto, que podemos ver en el manifiesto.

El sol ha acompañado a la manifestación y los participantes acaban la jornada con cara de satisfacción por el tamaño de la convocatoria, destacable en una tierra que históricamente ha tenido problemas para movilizarse. Pero el sentimiento es que este movimiento no acaba aquí; "Nos reuniremos el lunes entre nosotras y con diferentes representantes para saber cómo vamos a actuar a partir de aquí" asegura Martina Dono. La convicción de sus palabras recuerdan en parte a las de Greta Thunberg, aunque su euforia momentánea no deja de contrastar con las indicaciones que han recibido algunos participantes que posaban para una foto antes de empezar la manifestación: "Sin sonrisas, con cara seria". No hay motivos para sonreír.

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