La inversión inyectada en el sector balear de la construcción durante el pasado año alcanzó un valor de 1.994,2 millones de euros, según los datos facilitados por la patronal del sector. Para estimar la importancia de este dato hay que tener en cuenta dos aspectos. El primero es que este valor supone un crecimiento del 15,3% respecto al ejercicio anterior, es el más alto de la última década y se sitúa ya por encima de los niveles de 2003, lo que refleja la reactivación que se ha producido durante los últimos ejercicios. Pero el segundo es no menos importante: el valor de la inversión de 2018 supone solo dos terceras partes del conseguido en 2006, lo que pone en evidencia la fuertísima caída que padeció esta actividad durante los años de la crisis.

Los datos aportados por el presidente de la asociación balear de constructores, Eduardo López, reflejan que en el caso de la inversión privada, el importe alcanzado en 2018 fue de 1.580,5 millones de euros, un 15,7% superior al de 2017. Este incremento es especialmente acentuado en el caso de Mallorca, donde se concentraron 1.240,4 millones y se registró un alza del 23,3%.

Dentro de esta inyección económica privada del pasado año en Baleares, 1.044,6 millones de euros corresponden a la edificación de viviendas, con una subida del 16,1%. Pese a este crecimiento de los proyectos residenciales de la mano de un mayor impulso de los plurifamiliares, Eduardo López no oculta que los inmuebles que se están levantando corresponden a una gama alta cuyo precio está fuera del alcance del bolsillo de la mayoría de los isleños, de ahí que se reivindiquen medidas para poder impulsar la promoción de vivienda de protección oficial.

En el caso de la edificación turística, la inversión alcanzada en 2018 tuvo un valor de 363,3 millones de euros, un 8,2% más que en 2017, mientras que la que se da en la industria y el comercio fue de 123 millones, con un crecimiento del 43,4%.

Finalmente, la inversión obtenida a través de las obras que financian las Administraciones públicas fue el pasado año de 413,7 millones de euros, con un crecimiento del 10,6%.

Desde esta organización empresarial se rechaza que actualmente exista el riesgo de una nueva burbuja inmobiliaria, y se insiste en la necesidad de que se pongan en marcha medidas para sacar al mercado vivienda más asequible y de que las Administraciones no tomen iniciativas que pongan en peligro esta recuperación.

De cara al presente año, se apunta una previsible bajada a partir del segundo semestre de la inversión en obra pública, una vez superadas las elecciones, y en reformas hoteleras.