Los vecinos del Port de Pollença están muy acostumbrados a contemplar los despegues y amerizajes de los hidroaviones antiincendios Canadiar en la bahía, frente a la base militar. Es una escena habitual del verano, cuando se extrema la vigilancia contra los incendios forestales en la isla.

Pero la operación de despegue y amerizaje siempre resulta llamativa. Y así la ha registrado esta mañana Simonetta Susy Maiotti en un vídeo grabado con su móvil.

En él se contempla toda la maniobra de despegue: el hidroavión Canadair navega a baja velocidad hasta salir por completo de la pequeña ensenada de la base militar. A esa distancia sus motores empiezan a rugir con fuerza y la aeronave a acelerar, hasta que se despega del agua y al tomar altura pone rumbo norte, sobrevolando la Fortaleza y desapareciendo de la zona.

Para su función contraincendios la nave tiene una capacidad superior a los 5.000 litros de agua, repartidos en dos depósitos ubicados dentro de la bodega. También cuenta con dos depósitos de 300 litros cada uno para almacenar retardante ignífugo.

El hidroavión puede recoger agua del mar durante el amerizaje mediante dos sondas retráctiles montadas tras el rediente de la quilla, operación que debe hacerse en movimiento mientras el avión navega sobre la superficie del agua a una velocidad de entre 60 y 70 nudos.

Esta operación permite llenar los depósitos en tan solo doce segundos, para lo que se necesita una distancia de entre 600 y 1.000 metros, condiciones que la bahía de Pollença, muy amplia, cumple a la perfección.

Tras el despegue del avión, éste se dirige a la zona del incendio, donde puede lanzar la totalidad de la carga en menos de un segundo. Y la operación se repite las veces que sean necesarias hasta la extinción del fuego.