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Opinión

Peor imposible en Son Espases

Peor imposible en Son Espases

El episodio vivido en apenas veinte días con el nombramiento y la dimisión de Joan Buades como jefe de servicio de Nefrología de Son Espases puede volver a suceder mañana en cualquier área de un hospital público de Balears. Y este es precisamente el problema de fondo de este triste episodio sucedido en el hospital de referencia: la intromisión política, la designación a dedo de cargos a los que se debería llegar siempre por concurso-oposición de méritos, sin que en ellos interviniera ningún gerente colocado coyunturalmente por tal o cual partido.

El episodio de Son Espases ha hecho perder tiempo y prestigio al doctor Buades, que como otros médicos especialistas de la isla tenía todo el derecho del mundo a optar a la plaza sin salir perjudicado personal y profesionalmete por ello. Ha dejado por los suelos el prestigio que pudiera tener el área de Nefrología de Son Espases, cuya querencia por el anterior jefe de servicio interino no puede justificar de ninguna manera un comportamiento tan desleal y antiprofesional con su nuevo jefe.

Pero el responsable del desaguisado no es ni Buades ni el personal médico del área de Nefrología de Son Espases, sino el gerente del hospital, Josep Pomar, y por extensión la responsable de la conselleria de Salud, la consellera Patricia Gómez.

No se puede gestionar peor y con menos transparencia un nombramiento, no se puede dar cobertura a las quejas, las reclamaciones y los deseos del personal del servicio dos días después de oficializar la designación. Ahora pueden preguntarle a los médicos del servicio de Nefrología qué jefe les gustaría tener para vivir mejor en el futuro. Y acto seguido concederles cuanto deseen como premio a su demostrada deslealtad.

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