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Análisis

Los frutos de los viernes sociales

Los frutos de los viernes sociales

Los viernes sociales de Pedro Sánchez empiezan a dar frutos positivos para los trabajadores de Balears, especialmente los más castigados por el letal paro a los 50 y por el carrusel de horas extras impagadas en la hostelería.

Caer en el agujero negro del paro pasados los 50 conlleva en muchas ocasiones ser expulsado del mercado laboral. Los subsidios de desempleo, pese a los años cotizados, tienen una fecha de caducidad y el socorrido "paro" se acaba enseguida.

Hasta ahora cabía esperar a cumplir los 55 para poder acceder a una pequeña ayuda pública mensual, barrera que el Gobierno en funciones ha bajado a los 52 años.

La reforma va a beneficiar a cientos de parados de las islas, que son invisibles para los contratadores.

Otro cambio positivo será el control obligatorio de las jornadas laborales, medida destinada teóricamente a acabar con la sobrexplotación de los trabajadores, los abonos en negro o los impagos de las prolongaciones de jornada.

Algunos empresarios prefieren sobrecargar las jornadas de sus empleados a contratar más personal. Estas prácticas generan un enorme desgaste para los trabajadores y dan pie a abusos que difícilmente son sancionados.

La ley ya está dictada y ahora resta su aplicación, que no va a ser fácil ni pacífica.

Existen actividades donde es factible fichar y el control de las jornadas es relativamente sencillo, pero hay trabajos "caóticos" en cuanto a su desarrollo y supervisión.

Hoteles, bares, discotecas y restaurantes tendrán que ponerse las pilas y someterse a un control externo de sus actividades, algo que a algunos no va a gustar, pero que puede beneficiar a muchos otros más.

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