El expresidente del Govern, José Ramón Bauzá, volvió ayer al Consolat de la Mar para descubrir el retrato que colgará en la capilla junto al del resto de expresidentes -salvo Jaume Matas, que fue retirado. Lo hizo rodeado de amigos y de su familia en una cita en la que en representación del PP sólo asistió Miquel Vidal y a la que no fue ninguno de los cargos en las islas de Ciudadanos pese a que su nombre cada vez suena más para estar en las listas de Albert Rivera para las elecciones europeas.

No obstante, Bauzá evitó ayer despejar incógnitas sobre su futuro: "Diferentes formaciones se han interesado por mi situación y estamos en contacto", señaló, explicando que con Ciudadanos hay "una colaboración ideológica" en temas como el trilingüismo o la unidad de España. Sobre si eso se puede traducir en su incorporación a listas europeas evitó descartarlo pero tampoco lo despejó: "Ni me lo han propuesto ni me lo planteo", se ciñó a pronunciar el expresidente, que sí cerró la puerta a ir en listas en Balears: "Yo fui presidente y entiendo que ahora quieran ser otros los que quieran serlo", trató de zanjar Bauzá tras el portazo de Cs.

Bauzá descubrió su retrato, pintado por la artista Marta Blasco, después de pronunciar unas palabras visiblemente emocionado en la que agradeció la presencia de sus "amigos". Entre los rostros conocidos su exconseller Carlos Delgado, Román Piña Homs o Tummy Bestard.

El retrato, cuyo encargo ha costado 10.000 euros, está inspirado, según describió la artista elegida por Bauzá, Marta Blasco, en los retratos de Hans Holbein, pintor del siglo XVI, siendo el del expresidente, en tonos verdosos y sin corbata, "una actualización".