El Teatro de Lloseta acogió el miércoles por la noche a más de 200 personas que rindieron homenaje a la mujer trabajadora, en especial a las repuntadores de cortes de calzado que trabajaban en su casa a la vez que cuidaban de su hogar y de sus hijos. Nunca se les reconoció su labor, además de percibir sueldos inferiores a los de los hombres que trabajaban en la fábrica o taller.