La situación laboral de la mujer en Baleares ha sido el tema principal de la charla informativa que ha tenido lugar en la sede de CCOO de Palma, en la que Yolanda Calvo, Secretaria de Empleo y Formación, y Eva Cerdeiriña, Secretaria de Acción Sindical y Políticas Sociales, han presentado una fotografía momentánea de la relación entre la mujer y el trabajo en la actualidad, junto con las posibilidades de mejora, una de las reivindicaciones principales del próximo día Internacional de la Mujer del 8M.

En estos últimos 10 años, la mujer se ha incorporado más al mercado laboral y ha disminuido el número de las mismas que se dedican exclusivamente a labores del hogar (sin remuneración) pasando de más de 86 mil a menos de 77 mil. Este dato obedece tanto a factores positivos en la voluntad de la mujer de conseguir una independencia económica como a negativos como la crisis que ha afectado estos últimos años y que ha provocado la necesidad en la familia de que la mujer obtenga un trabajo remunerado para conseguir sacar a la unidad familiar adelante.

Uno de los datos más interesantes es el de la tasa de empleo (% de personas que trabajan respecto a las que pueden hacerlo) y su relación con la edad o el nivel de estudios. En general, las mujeres tienen una tasa de empleo peor en cada nivel de estudios pero es casi inexistente en el rango de personas con educación universitaria. Es decir, que las mujeres con estudios universitarios tienen más posibilidades de encontrar un trabajo que el resto de mujeres y eso hace que se igualen los números con los hombres. De esta casuística han sido conscientes muchas mujeres en estos últimos años, decidiéndose a invertir más tiempo en sus estudios y que ha reflejado la superioridad a la hora de obtener contratos indefinidos respecto a los hombres en las Baleares siendo más fácil obtener ese tipo de contrato que los hombres en la misma situación.

La realidad también afecta más duramente a las mujeres que a los hombres. La precariedad laboral está a la orden del día pero los números sobre las mujeres son alarmantes. Un 35,81% de los nuevos contratos realizados a mujeres tienen una duración menor a tres meses y hasta un 22% es menor a un mes. Hasta un 82% de los nuevos contratos de este 2018 son temporales para las mujeres, mejorando sensiblemente los datos de años anteriores pero evidenciando las deficiencias del mercado laboral actual.

La maternidad, la gran lacra social y laboral

Si hay un factor discriminatorio evidente en la mujer es la maternidad. ¿Por qué trabajan un menor % de mujeres en el grupo de edad de 35 a 44 años? ¿Por qué más mujeres trabajan a jornada parcial en dicha franja de edad? ¿Por qué si las mujeres con mayor nivel de estudios tienen la misma facilidad para encontrar trabajo eso no repercute en un mayor número de mujeres con posiciones de responsabilidad como directoras o gerentes? "No hay ayudas suficientes ni respaldo por parte de las empresas al respecto de la maternidad" declara Yolanda Calvo. "Es un problema a todos los niveles, incluso de la sociedad. Una mujer que gana más que su pareja y decide continuar su jornada laboral sin reducirla, o cede el tiempo de permiso no obligatorio de maternidad al padre, siente la presión social de una manera fuerte" sentencia, evidenciando que "el trabajo se tiene que realizar desde todos los ámbitos para poder cambiar".

Estas declaraciones complementan las de Eva Cerdeiriña en este diario al respecto de que "el hombre se sigue viendo como el proveedor económico de la familia" a raíz de la información sobre que solo el 1,5% de las bajas de 16 semanas por hijos es utilizado por hombressolo el 1,5% de las bajas de 16 semanas por hijos es utilizado por hombres. Únicamente 113 padres de 7.165 decidieron optar por disfrutar de las 10 semanas de permiso (de la semana 7 a 16) en vez de la madre. Paradójicamente, no todos los padres que disfrutaron de un permiso de menor duración aportaban más económicamente a la unidad familiar, pero "la presión a la se ve sometida la mujer por la sociedad" puede llegar a ser tan grande para influir en una decisión que debería ser únicamente de los implicados, según Yolanda Calvo.