Elegir un taller mecánico no es tarea fácil. En el archipiélago hay más de 1.200 talleres oficiales. Para asegurar los derechos de los consumidores Consumo ha lanzado este jueves una campaña con consejos a la hora de llevar el vehículo al taller.

Elegir un taller homologado. Se recomienda elegir un taller homologado por la dirección general de Política Industrial, debe de tener una placa. El año pasado se abrieron 80 inspecciones para garantizar la seguridad, sobre todo en las instalaciones eléctricas, el cumplimiento de los requisitos legales en la apertura de los talleres y evitar la competencia desleal, ha explicado el director general de Política Industrial, Manuel Porras.

Pedir presupuesto. Antes de dejar el coche en el taller conviene pedir un presupuesto, que debe tener una validez mínima de doce días. Una vez se acepta, es conveniente solicitar un resguardo del depósito del vehículo; si no se ha pedido presupuesto, hay que comprobar y firmar la orden de reparación. En cuanto a las honorarios por el presupuesto, se cobra por hora de mano de obra, teniendo en cuenta si es necesario desmontar piezas o no.

Revisar la factura. Una vez reparado, cuando el usuario pasa a recoger el coche, debe repasar la factura y comprobar que se ajusta al presupuesto. Hay que recordar que las piezas sustituidas tienen una garantía de dos años y la mano de obra, de tres meses. Una vez arreglado el vehículo, se debe retirar en tres días porque, en caso contrario, el taller puede cobrar gastos de custodia.

En la presentación de la campaña Xisco Dalmau, director general de ConsumoXisco Dalmau, ha destacado la buena labor de las patronales, -la Asociación Empresarial de Automoción y Náutica (Asema) y la Asociación Balear de Especialistas Reparadores de Automoción y Náutica (Aberan), que juntas suman unos 1.200 talleres.

Causas de las reclamaciones

El año pasado se registraron en Consumo 157 reclamaciones a talleres mecánicos, frente a las 175 de 107. Por islas, en Mallorca los consumidores presentaron 108 quejas, en Menorca 8 reclamaciones y en las Pitiusas, 41. Entre las quejas destacan aquellas en las que el consumidor no pidió presupuesto y después se encontró con "una factura desorbitada", o bien que no se cumple el periodo de garantía de las piezas, señala Dalmau. En otras ocasiones la queja es la negativa del cliente ha firmar la orden de reparación o la de depósito para hacer la revisión, explica Julio González, presidente de la patronal Aberan.