Escribir sobre alguien a quien has admirado desde que eras un chaval es difícil. Muy difícil. Pero si encima ese "alguien" no es una persona, sino que son dos, entonces escribir se convierte en una tarea titánica.

Como toda buena historia, hay que empezar por el principio de todo. Jaime Alguersuari Tortajada (Barcelona, 1950) fue uno de los pioneros del periodismo del motor en España. Con tan solo 13 años publicó su primer artículo en la revista Motociclismo, hecho que le marcaría para siempre. Corría el año 1969, y mientras seguía con sus colaboraciones en la revista decana del motor en nuestro país, Alguersuari se proclamaba campeón de España júnior de 250 cc. Dos subcampeonatos más en 1970 (50 cc. y de más de 500 cc.) le llevarían en 1972 a ganar su primer título absoluto, el de campeón de Resistencia de 250 cc. Ese mismo año nacía, también en Barcelona, Sete Gibernau Bultó.

Gibernau ya estaba encaminado a vivir el motociclismo desde la cuna. Nieto de Paco Bultó, fundador de las marcas Montesa y Bultaco, desde su más tierna infancia, Sete estuvo ligado al deporte de las dos ruedas. Mientras tanto, en 1975 y con tan solo 24 años, Jaime Alguersuari fundaba la revista Solo Moto, una de las publicaciones más icónicas del moticiclismo en nuestro país. Rápidamente la revista se convirtió en la semilla de la que nació el grupo Alesport, que daría pie a algunos de los más importates eventos del motor -de las dos y las cuatro ruedas- realizados en España en los últimos años.

Como promotor de eventos ligados al motor, Alguersuari fue el encargado de inventar competiciones como el Trial Indoor. La primera prueba, celebrada en el Palau d'Esports de Barcelona en 1978 marcaría un antes y un después en ese deporte. Ese mismo año tendría lugar el primer Critérium Solo Moto, en el circuito de Calafat, cuyo eslógan "Si quieres ser figura, sígueme", sería el leit motiv de toda una generación de jóvenes que soñaban con ser algún día pilotos de velocidad. Nombres como Sito Pons, Joan Garriga, Carlos Cardús o Carlos Checa salieron de aquellas competiciones. Y de entre todos ellos, destacaría un joven con un talento especial llamado Sete Gibernau, que estaría destinado a pelearse -dentro y fuera de la pista- con el más grande de todos los tiempos: Valentino Rossi.

Sete Gibernau, que empezó su carrera compitiendo en las especialidades de motocross y de trial, supo que lo suyo era la velocidad cuando se subió por primera vez a una montura para correr la Copa Gilera, de donde pasó al Campeonato de España y de ahí al mundial de motociclismo. En 1996 debutó en el mundial en la categoría de 250 cc. Al año siguiente saltó, de la mano de Wayne Rainey, a la máxima categoría.

Tras su paso por Yamaha, Honda y Suzuki -marca, esta última, con la que consiguió su primera victoria-, vuelve a Honda en 2003, donde conseguiría ocho victorias en dos años, logrando ser subcampeón del mundo de forma consecutiva, siendo superado tan solo por el entonces imbatible Valentino Rossi.

El Gran Premio de España celebrado en el circuito de Jerez en 2005 supuso un antes y un después en la carrera del piloto catalán. En la última curva de la última vuelta, estando Gibernau liderando la prueba, un irregular adelantamiento de Rossi provocaría el descenso a los infiernos del piloto español, terminando aquella temporada en séptima posición final.

Con 45 años, y tras 10 años sin competir en la máxima categoría, Sete Gibernau se volverá a subir en una moto para disputar un mundial de motociclismo. Será el mundial de MotoE, que supondrá el primer campeonato global de motos eléctricas que se va a disputar en la historia. Y pese a ser el más veterano de una parrilla repleta de jóvenes estrellas, Gibernau puede presumir de una cosa: ser el único piloto en la historia que habrá competido en las viejas 500 cc. de dos tiempos, en MotoGP y en MotoE.