Balears ocupa el octavo puesto entre más de 200 regiones por lo que a competitividad turística se refiere, pero para mantener esta situación de liderazgo es necesario aplicar cambios en el actual modelo y orientarlo hacia la sofisticación, según se destacó ayer durante la conferencia organizada por la Fundación Impulsa para abordar este tema. Y una de las claves para alcanzar este objetivo radica en la formación de los trabajadores y en la necesidad de retener el talento, según se puso de relieve.
Esta conferencia contó con la participación de la presidenta de la federación hotelera de Mallorca, Maria Fontera; del director de la Agencia de Estrategia Turística de Balears, Jaume Alzamora; del secretario general de CCOO en las islas, José Luis García; del director general del Palacio de Congresos de Palma, Ramón Vidal; y del director de la Fundación Impulsa, Antoni Riera.
Pero la apertura de acto la protagonizó la vicepresidenta del Govern, Bel Busquets, que además de poner en valor el Índice de Competitividad Turística desarrollada por Impulsa, aportó uno de los factores a tener en cuenta, como es fijarse más en el valor y no en el volumen de los visitantes.
Ante cerca de un centenar de asistentes, entre los que estaban representantes del sector empresarial y del ámbito político, entre otros, los participantes fueron desgranando algunos de los cambios que va a ser necesario afrontar, pero al mismo tiempo pusieron en valor la necesidad de actuar de forma coordinada por parte del sector empresarial, de los sindicatos y del sector público.
El director de Impulsa puso de relieve la necesidad de apostar por un producto más sofisticado y de mayor valor añadido, por lo que en lugar de crecimiento debería de hablarse de desarrollo y bienestar, mientras que la presidenta hotelera defendió el empuje que se debe de seguir dando en aspectos como la calidad medioambiental o en infraestructuras turísticas. En este aspecto, insistió en que la apuesta ya no es ampliar, sino mejorar, y en este punto recordó las fuertes inversiones desarrolladas por las empresas de su sector.
El director de la Agencia de Estrategia Turística opinó que si hasta ahora se había 'reaccionado' ante lo que sucedía, la clave pasa ahora por anticiparse, para lo que es necesario el conocimiento, de forma que se puedan elaborar estrategias conjuntas.
Por su parte, el director general del Palacio de Congresos defendió la apuesta de poner en valor las ventajas de las islas frente a sus competidores, cuidando los puntos fuertes y lanzándolos al mercado para que sean conocidos por todos. Pero además señaló la necesidad de ir hacia la excelencia de los profesionales que trabajan en Balears.
Acabar con la estacionalidad
El secretario general de CCOO fue uno de los que más incidió en favor de esa apuesta por la formación, pero también por la necesidad de dar un giro desde un turismo de temporada hacia otro atemporal. Porque en su opinión, además de mejorar la formación de las plantillas, la apuesta debe de ir dirigida a retener el talento, y advirtió de que para eso es necesario conseguir que la actividad se mantenga durante los doce meses del año.
Para alcanzar todos estos objetivos, Maria Frontera reivindicó un gran pacto político que incorpore a todos los partidos, al considerar que la estrategia turística no puede funcionar a golpe de legislatura, con cambios cada cuatro años.
Antoni Riera defendió la necesidad de dejar de estimar la competitividad turística de las islas basándose solo el elementos cuantitativos, y afirmó que para hacer una medición adecuada es necesario tener en cuenta muchos más elementos.
En este aspecto, recordó que frente a puntos fuertes de las islas, como las instalaciones turísticas, desde hoteles a aeropuertos, existen otros de mayor debilidad, como los vinculados a los recursos naturales, o al capital humano por la baja cualificación.
