Sin querer desmerecer a un centro sanitario moderno, dotado de la más puntera tecnología y atendido por los profesionales más preparados, las Urgencias de Son Espases parecían ayer "un hospital de campaña" por la importante aglomeración de pacientes, en palabras de los técnicos de Enfermería que no desaprovecharon la oportunidad para denunciar también una preocupante falta de material.

"Ayer el servicio tan solo contaba con un glucómetro y dos tensiómetros para atender a los treinta pacientes que en esos momentos se encontraban en Observación. No había suficientes almohadas para todos y los usuarios se veían obligados a compartir las mesas individuales para comer", se denunciaba desde el sindicato de Técnicos en Cuidados de Enfermería de las islas (SAE).

"No hay falta de material. Es más, no se ha recibido petición alguna al respecto", se matizaba desde Son Espases. Matización desmentida por unos sanitarios que hablaban de que la falta de almohadas era generalizada "en la zona de Spa, en camillas y la zona adyacente a Rayos", un área no convencional para albergar a pacientes habilitida ayer para este fin por la elevada presión asistencial, como sí admitieron en esta ocasión fuentes hospitalarias.

En lo que coincidían ambos es en que el día amaneció con 65 personas en Urgencias pendientes de subir a una cama en planta. Desde el SAE se detallaba que había 30 pacientes en Observación, 45 en la sala de espera y 58 en camillas repartidas por todas partes.

"La falta de material y de profesionales, repetidamente denunciada por SAE, impide que la atención sea la adecuada. Ni los pacientes ni los profesionales pueden seguir consintiendo que se ponga en riesgo su salud por la falta de organización. Superponer el ahorro económico a la salud es propio de gestores a los que poco les importa el bienestar y la vida de los pacientes y la seguridad laboral de sus profesionales", denunció Francisca Galmés, secretaria autonómica de SAE.

Desde el IB-Salut se negó que hubiera una saturación en Son Espases ya que, subrayaron, a las 3 de la tarde, hora en la que son inhabituales las altas hospitalarias, solo había 38 personas pendientes de una camasolo.