Un estudio realizado por parte del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA, CSIC-UIB) y con el apoyo de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) ha aportado datos sobre la comunidad de anélidos que viven en la zona. Liderado por María Capa y Joan Pons, llevado a cabo con una metodología sin precedentes en las islas y en dicho ámbito, ha generado unos resultados sorprendentes.- ¿Qué aporta vuestro estudio al ámbito científico?

- Con una intención de valorar el estado de la comunidad de anélidos en las aguas de diversos puntos del puerto y la bahía de Palma hemos medido la composición de estos grupos de gusanos. Por un lado, hay que medir una zona que consideres que tendrá unas condiciones de salud óptimas, y por el otro, una área que pueda estar degradada. Para analizar dichas composiciones, se puede coger un trozo de muestra (por ejemplo, el lodo del fondo) y identificar cada una de las especies, así como su abundancia. Nosotros, además, hemos analizado el ADN de la comunidad mediante técnicas de secuenciación masiva. Con ello consigues muchos fragmentos de material genético que corresponden a diferentes especies. Es necesario que crear un "diccionario" mediante el cual a partir de una secuencia de ADN se pueda saber ante que tipo de especie nos encontramos. Nosotros estamos elaborando un trocito de diccionario a partir de nuestras muestras.

- ¿Por qué habéis apostado por la secuenciación de ADN además del estudio de la muestra común?

- Porque con esta técnica se gana tiempo. Todo el ADN obtenido se registra en plataformas online, donde están disponibles para toda la comunidad científica. Es rápido, y además, no necesitas de tanta especialización en el tema, pues las bases de datos contienen muchísima información. Tú puedes poner en la plataforma tu secuencia de ADN obtenida de toda la muestra, y el programa te dice qué especies hay ahí.

- ¿Habéis descubierto especies nuevas?

- Es pronto para decirlo. Muchas de las especies que hemos registrado en el estudio, no están citadas en el catálogo de Baleares, pero si pueden estarlo en otro lugar, como Valencia. Algunas son especies invasoras. Por otro lado, algunos anélidos no tienen ningún familiar ni parecido excepto, por ejemplo, en Canadá. En términos de material genético, un 60% de las secuencias de ADN no están en ninguna base de datos. Eso no tampoco quiere decir que sean nuevas, aunque no se descarta la posibilidad. El problema es que demostrar que una especie es nueva es muy complicado. Lo que si podemos afirmar es que hemos ampliado el registro de especies en Baleares.

- ¿Qué aplicaciones podría tener vuestra metodología?

- Un dato a tener en cuenta para valorar las aplicaciones es que hemos encontrado más de 165 especies en la bahía de Palma, algunas ya citadas en el catálogo balear, pero muchas de ellas no. Los resultados pueden tener dos lecturas: o la bahía está fenomenal, o desconocemos parte de nuestra biodiversidad. Y solo hablamos de anélidos y de algunos puntos concretos. Por lo tanto, podría servir de indicador del estado de salud de la comunidad así como de herramienta de estudio de la biodiversidad.

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